MENOS SOL... Y MÁS SOL

Enfermos y Debilidad

MENOS SOL... Y MÁS SOL

Todavía seguimos con la moda de tomar el sol: las playas llenas, cuando llega el buen tiempo; piscinas y solariums, a tope. Y no sé hasta cuándo seguirá esta costumbre. Recuerdo que hace unos años moría una chica cerca de mi casa porque había pasado horas y horas al sol sin precaución alguna.

Nos dicen que, en muchos lugares, tres de cada diez personas toman el sol sin protección alguna. Todavía hay muchos hábitos que resultan peligrosos. Una serie de precauciones evitarían – sobre todo en los primeros veinte años de vida – más de las tres cuartas partes del cáncer de piel. Calculan que, por cada cien mil habitantes, se producen casi ciento cincuenta casos de esta terrible enfermedad; aunque por fortuna no todos sean mortales. 


Por otra parte, la piel tiene memoria. Los problemas suelen aparecer después de varios años de imprudencia, cuando la juventud ha quedado ya atrás. “Una quemadura solar grave en la infancia hace que las posibilidades de sufrir un cáncer de piel sean una entre mil – nos dice el dermatólogo Carlos Soloeta. – Pero si se sufren tres quemaduras con ampollas antes de los dieciocho años, las posibilidades se multiplican por diez”. 


Hoy día se promocionan campañas para que los niños jueguen a la sombra; vayan protegidos con ropa y gorros; usen ya desde pequeños la crema protectora conveniente. A pesar de todo cada año se atienden, en las consultas médicas, miles y miles de casos relacionados con enfermedades de piel. Después de los oculistas y traumatólogos, la especialidad más visitada es la dermatología.

Cuando reflexionamos en los riesgos del calor solar, el consejo inmediato ha de ser: menos sol. Pero gozamos de otro Sol más brillante y cálido, más hermoso y del todo benefactor, olvidado por muchos: la Eucaristía. De este Astro Divino hemos de aconsejar: más Sol. 

El Señor Arzobispo de Pamplona, Don Francisco Pérez González, poco después de tomar posesión de la diócesis, expresó su deseo de dedicar un templo o una capilla de la Ciudad para la adoración perpetua del Santísimo. Funciona ya hace un año aproximadamente junto a la iglesia de los redentoristas. Son muchos los que allí reciben los rayos benéficos del Amor de Jesús. En varias parroquias de distintos lugares comienza a fomentarse esta costumbre santa de la adoración a Cristo Eucaristía. Los beneficios pronto los hemos de notar tanto a nivel personal como colectivo. Este sol es aún más eficaz que el natural. Hemos de aficionarnos a él. No hay ningún riesgo de insolación, quemaduras ni cáncer. La única precaución que necesitamos, cuando acudamos al Sagrario, será centrarnos en el misterio y evitar todas las distracciones. 

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari  Lorenzo Amelibia                                                                                   Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2




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