Sufrió mucho Genoveva Torres, ¡cómo se superó!

A veces leemos una frase que nos impresiona de una manera especial, y luego zumba en nuestros oídos durante varios días como sonido purificador. Esta es la última leída por: "Quien sufre en esta vida por Jesús, digno es de sus caricias". Y no se trata de una sentencia bonita pronunciada por un orador sagrado en la peregrinación de enfermos a Lourdes, la escribió alguien que sabía mucho del dolor. Hoy día está en los altares. Cuando la dijo, era un ser doliente, como tú querido enfermo. Se trata de la santa Genoveva Torres.


"¡No nos quejemos, si no es por no sufrir lo bastante por amor a Cristo!" A mí me daría apuro repetir este pensamiento, pero dicho por Genovena Torres me descubro emocionado, y pido fuerza a Dios para lograr desearlo.

Te invito, querido enfermo. a ir de la mano espigando en el ideario espiritual de la gran santa del dolor y gran apóstol de personas marginadas en el siglo XX. Te suplico que cierres unos segundos los ojos, una vez leída cada una de las frases que siguen,
y la medites en tu corazón. Están escritas para ti.

- Busco la paz del corazón, y sólo la hallaré abrazándome a la cruz por amor de Dios.

- Pide a Dios que no me deje sin sufrir algo por El; que todo lo demás de nada sirve.

- No pienses que tengo ganas de ponerme bien, pues estoy haciendo lo que Dios quiere para mí. Confío en Dios y le pido pague abundantemente a los que por mí hacen algo.
- En medio de mis padecimientos físicos, no cesará la
música interior de mi alma de alabar a Dios con actos de virtudes, ofreciéndome a El por amor.
Yo no me canso de leer y saborear estos pensamientos escritos por la santa. Los santos han sido así: unos "locos" enamorados de Dios y volcados con esa fuerza, en sus hermanos.
Cuanto más profundicemos en la vida de estos héroes católicos, más admiración habrá hacia ellos en nuestras almas y mayores deseos de aceptar el dolor redentor.

Por algo decía Jesús: "mi yugo es suave y mi carga, ligera" (Mt. 11, 29

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