Todavía no tenía criterio propio

Secularizados.  Testimonio de un sacerdote.

Del seminario salí sin criterio propio

                 Mi modo de pensar se adecuaba al de los superiores. Al menos los escrúpulos de conciencia no volverían a anidar en mi alma. Aplicaba la teología moral en el confesonario sin ningún quebradero de cabeza. Por supuesto que nunca opinaba por mí mismo, sino imbuido por ideas ajenas tomadas de libros. Pasarían dos largos años hasta desasirme de las muletas del entendimiento, y comenzar a pensar por mi cuenta. Yo era un sacerdote estándar. El seminario resultó una máquina de hacer curas. La vida nos fue transformando en personas.

                 Dejé los muros de la cárcel dorada, ansiando volar libre. Una vez en el aire, tenía cortadas las alas. Abandoné el seminario sin madurez psicosexual. En teoría sabía todo. En la práctica todo lo ignoraba.

                  Ahora no había remedio: las naves estaban quemadas. Pasaba horas enteras en oración ante el Sagrario de mi parroquia. Allí estaba Él. Sé que me comprendía. La postura de mi plegaria era como la de Cristo en el Huerto: postrado en tierra; tumbado.   Le pedía amor a Él solamente; vivir en virginidad, alegría en mi entrega. Procuraba acompañar mi oración con sacrificios. Luego, en casa, me encontraba con Rubí. Pero siempre huía yo de la ocasión de verme a solas con ella, porque tal vez...

 Jesús, le digo en la Eucaristía: Que Tú crezcas, Señor, como protagonista de mi vida. Que nadie hay importante, sino Tú, Señor. Mis hermanos también tienen importancia, porque Tú eres el Padre común. Enséñame a amar a todos, porque soy tu hijo y Tú los amas; que los sienta hermanos.

Junto a la ermita

José María Lorenzo Amelibia Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com             Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/

Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

Volver arriba