Menos signos de autoridad, más servicio

 He leído algo que me ha llamado mucho la atención, sobre un simio denominado mandril. Es un animal limpio y con buena salud, impresionante. Su rostro lo tiene pintado por la misma naturaleza: en él se combinan el rojo escarlata, el azul cobalto y el amarillo con diversas tonalidades. Sus ojos también impresionan por su mirada altiva y penetrante; su aspecto, vigoroso. Están bien dotados para poder sobrevivir en lugares donde los débiles y pusilánimes tienen poca perspectivas. Imponen por su autoridad.

Los primitivos humanos también dominaban con su rostro pintado, sus ropajes de colores, sus ornatos. Y todavía quedan reminiscencias abundantes en cuestión de ropaje, para demostrar autoridad y hacerse respetar. Cada vez, por cierto, se van suprimiendo más estos signos ostentosos y que tanta impresión producían a los más sencillos, débiles e ignorantes.

Incluso los reyes se han quitado sus cetros, coronas, armiños y capas magnas, aunque no todos.

Nuestra jerarquía episcopal también ha participado en este cambio, pero todavía falta mucho en que mejorar: mitras, báculos, caudas, birretas, capelos, colores… y ahora comienzan algunos a resucitar las caudas de siete metros. Es hora de que la autoridad sea servicio, amor y no distinción. Esperamos que la madurez se imponga en nuestros obispos y lleguen a darse cuenta de que nuestra cultura no admite tanto perifollo.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2