La Virgen de los Ángeles

Celebramos hoy la fiesta de la Virgen de los Ángeles, y la traigo a este blog sencillamente porque es la titular de mi Monasterio juntamente con Santa Clara. Nuestra capilla, de principio del siglo XIII es, dicen muy similar a la Porciúncula, y está presidida por una imagen preciosa de la Virgen con el niño en sus brazos y rodeada de los ángeles.

Esta tarde en las primeras vísperas hemos querido evocar la sencillez de la vida de María, una mujer sencilla que se dejó sorprender por Dios, y que fue capaz de darnos a Jesús porque confió en la “Buena Noticia” que se le anunciaba de parte de Dios.

Pronto comprendió que Dios exalta a los humildes y derroca a los poderosos y a los soberbios de los pedestales que se construyen.

El magníficat, su cántico, nos invita a unirnos a su alabanza, y a “hacer lo que Jesús nos dice”, al tiempo que nos hace entrar en la dinámica de Dios que se abaja, se pone a la altura de las criaturas y les habla con su lenguaje para que entiendan cómo nos ama Él.

Que María, la Virgen de los Ángeles, que acogió la buena noticia que le traía Gabriel, nos ayude a ser para nuestros hermanos y para nuestra sociedad, “angeles” mensajeros de Dios que también anunciemos con nuestra vida el amor incondicional de nuestro Dios: Un amor a fondo perdido.

Felicidades a las Ángeles, y os invito a cantar con renovada ilusión el Magníficat: el cántico de los pobres que confían en su Dios.

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