9 de agosto, Día de los Pueblos Indígenas Cáritas apuesta por seguir reforzando el liderazgo de las comunidades nativas para que sus voces sean escuchadas

Jornada de los pueblos indígenas
Jornada de los pueblos indígenas

La pandemia ha agudizado las graves amenazas que afectan al «buen vivir» de estos pueblos originarios, cada vez más expuestos a la depredación de sus recursos

Cáritas Española ha destinado 11,5 millones de € en los últimos años a 36 proyectos con comunidades indígenas de 8 países de América Latina y Asia

Uno de líneas estratégicas del trabajo de cooperación internacional de Cáritas Española es la acción conjunta con otras Cáritas del mundo para acompañar la realidad de los pueblos indígenas, fortalecer su cultura ancestral y defender sus cada vez más amenazados derechos, territorios y recursos naturales

(Cáritas).- En el marco de la celebración, el 9 de agosto, del Día Internacional de los Pueblos Indígenas –una jornada instituida en 1994 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y que este año se convoca bajo el lema “No dejar a nadie atrás: los pueblos indígenas y la llamada a un nuevo contrato social”— Cáritas refirma su apuesta por seguir reforzando el liderazgo y la participación de las comunidades nativas para que sus voces sean escuchadas y sus derechos protegidos.

Uno de líneas estratégicas del trabajo de cooperación internacional de Cáritas Española es la acción conjunta con otras Cáritas del mundo para acompañar la realidad de los pueblos indígenas, fortalecer su cultura ancestral y defender sus cada vez más amenazados derechos, territorios y recursos naturales.

El impacto de la pandemia causada por la Covid-19 ha agudizado las grandes brechas preexistentes antes de la crisis sanitaria y ha revelado las desigualdades estructurales que afectan a las comunidades indígenas en el acceso a la salud, la educación o la tecnología, así como la discriminación por parte de las políticas públicas estatales.

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Como señala Fernando Foncillas, técnico del Área de Cooperación Internacional de Cáritas, “las voces de los pueblos indígenas siguen sin tenerse en cuenta y la crisis sanitaria ha agudizado esta problemática que afecta gravemente al denominado ´Buen Vivir´ de los pueblos originarios”.

“No sólo se han tenido que proteger de la pandemia, que los ha golpeado con fuerza, sino que también han tenido que defenderse del aumento de las actividades ilegales que afectan a la tala de sus bosques y de la amenaza latente de la minería ilegal en un contexto donde los gobiernos han invisibilizado sus necesidades”, añade Ana Cristina García Morales, coordinadora de América Latina del Área de Cooperación Internacional.

Apuesta de Cáritas Española

En los últimos años, la Confederación Cáritas en España ha apoyado 36 proyectos de desarrollo y ayuda humanitaria con poblaciones indígenas en distintas regiones del mundo.

De ellos, 28 se han llevado a cabo en América Latina, mayoritariamente en la Amazonia, y otros 8 en Asia. Se estima que unos 147.000 indígenas han sido acompañados a través de estos programas.

En total, ascienden a 11,5 millones de euros los fondos destinados a esos programas, que han sido desarrollados por las Cáritas locales de Perú, Ecuador, Brasil, Bolivia, Colombia, Guatemala, Bangladesh y Filipinas.

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Un caso concreto: apoyo a los indígenas de Madre de Dios en Perú

Un buen ejemplo de la naturaleza del trabajo que la red Cáritas lleva a cabo para mejorar las capacidades de los pueblos indígenas en la defensa de sus derechos y la protección de sus culturas ancestrales es el proyecto “Defensa de los derechos de los pueblos indígenas a la tierra y a la justicia en la cuenca del río Las Piedras en Madre de Dios, Perú”, apoyado por Cáritas Madre de Dios, Cáritas Diocesana de Málaga y Cáritas Española

Este programa cuenta con la participación de siete comunidades nativas, conformadas por más de 211 familias de los pueblos Yine y Amahuaca, para que puedan reforzar la defensa plena de sus derechos, mejorar su gestión organizacional y tener acceso a la justicia tomando en cuenta su diversidad cultural. Uno de los grandes retos del proyecto es conformar un comité de defensa para toda la cuenca del rio Piedras, a través del impulso de la participación y el liderazgo de las mujeres y los miembros más jóvenes de las comunidades.

Madre de Dios es una región amazónica que se caracteriza por su enorme diversidad de culturas indígenas, pueblos no contactados y biodiversidad biológica. Además, tiene una economía basada principalmente en actividades extractivas, que convierte a la región en un referente de conflictos socio-ambientales generados por el acceso a los recursos naturales y la extracción ilegal de minerales y masa forestal. De hecho, Madre de Dios es el epicentro de la minería ilegal de oro en Perú. “Desde 1985, la minería de oro no controlada ha destruido casi 960 kilómetros cuadrados de selva tropical en Madre de Dios, más de dos tercios de ella entre 2009 y 2017, denuncia el Centro para la Ciencia e Innovación Amazónica (CINCIA).

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Estas cifras se han multiplicado durante la pandemia y la paralización del país a causa del estado de emergencia, que ha afectado a sus organismos y a los operadores de justicia, lo que ha provocado que las actividades ilegales, al carecer de cualquier tipo de control, crezcan de una forma desproporcionada, afectando principalmente a territorios indígenas. Los esfuerzos por proteger sus territorios se han visto afectados de forma muy seria por la falta de presencia del Estado en la zona y muchas comunidades han sido objeto de la invasión de sus territorios, la tala desmedida, la extracción de sus recursos y la contaminación de sus ríos a causa de estas actividades fuera de todo control. 

Un claro ejemplo es lo que acontece en la comunidad nativa Boca Pariamanu, donde se han instalado mineros ilegales --procedentes de la desmantelada ciudad ilegal de la Pampa tras la operación Mercurio (emprendida por el Gobierno peruano para erradicar la minería ilegal en la zona)—, a tan sólo 300 metros de ella, contaminando, depredando y amenazando a la comunidad. Con el apoyo de Cáritas, se ha podido obtener garantías de protección para sus líderes, que denunciaron el hecho, y tener presencia ante el Relator del Agua de la ONU para dar a conocer la contaminación de sus ríos, tierras y peces, que son su principal alimento, así como alertar del temor por su seguridad, sus vidas y las de sus familias.

Desde este trabajo cercano a las comunidades indígenas, en esta Jornada Internacional Cáritas hace un llamamiento a la defensa y exigibilidad de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas, de sus culturas, territorios y recursos naturales, además de reafirmar este compromiso con la protección de estas comunidades, de la Amazonia y la búsqueda de los mecanismos que garanticen su “Buen Vivir”.

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