“Es viable la creación de tres nuevas diócesis en la Ciudad de México”: Obispo de Matamoros



*Mons. Eugenio Lira Rugarcía, responsable de la Dimensión de Creación de Diócesis y Provincias Eclesiásticas de la CEM, ve favorable el desmembramiento de la Arquidiócesis Primada de México.

*Durante las consultas no hubo contrapropuesta alguna, señaló.

*Diócesis de Matamoros celebra el 60 aniversario de erección en 2019.

Guillermo Gazanini Espinoza / En la reciente 106 asamblea plenaria de los obispos de México, la Conferencia del Episcopado Mexicano revisó el expediente para el eventual desmembramiento de la Arquidiócesis Primada de México y la creación de tres nuevas diócesis a partir del territorio de las vicarías existentes. El obispo responsable del análisis e integración del expediente que será enviado al conocimiento para resolución de las autoridades romanas es Mons. Eugenio Andrés Lira Rugarcía (Puebla, 1965). Ordenado presbítero en 1991 para el Oratorio de san Felipe Neri. Especialista en filosofía, Mons. Lira recibió el episcopado en 2011 para ser auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla dedicando parte de su ministerio a los medios de comunicación.

Fue secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano en el trienio 2012-2015, período donde tuvo la encomienda de coordinar la visita de Papa Francisco en 2016. Posteriormente, el Santo Padre lo designó VI obispo de Matamoros tomando posesión de esa diócesis en noviembre de 2016. En la 106 Asamblea plenaria de la CEM fue ratificado para coordinar la Dimensión de Creación de Diócesis y Provincias Eclesiásticas.

En entrevista, Mons. Lira Rugarcía explica cuáles han sido los elementos para favorecer el desmembramiento de la Arquidiócesis de México y que tuvieron el beneplácito de los obispos el pasado jueves 15 de noviembre.

Mons. Lira, en la 106 Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano realizada en noviembre, los obispos dieron su beneplácito para la creación de nuevas diócesis en el territorio de la Ciudad de México. ¿Cómo fueron los primeros pasos que motivaron el examen para dividir la Arquidiócesis de México?

-Recién nombrado, el arzobispo primado de México, cardenal Carlos Aguiar Retes, constató que el territorio y población de la Arquidiócesis Primada de México era demasiada extensa. Pensemos que el territorio es actualmente el de toda la Ciudad de México. Cuenta con una población aproximada de 8.9 millones de habitantes, pero cuando se considera la zona conurbada del Valle de México, suman más de 21 millones.

Es una de las aglomeraciones más grandes y pobladas del mundo. Esto, aunado a la diversidad social y cultural, así como las dificultades para transportarse a causa del tráfico excesivo, dificulta la adecuada atención pastoral que el arzobispo debe brindar al clero y fieles, así como la fraternidad sacerdotal Por eso, el cardenal Aguiar, queriendo seguir el ejemplo de Jesús Buen Pastor que conoce a sus ovejas e inspirado en el decreto conciliar Christus Dominus que quiere que se revisen los límites de las diócesis, sobre todo cuando son muy grandes, para buscar que estas se adecúen en bien de los fieles, hizo la propuesta a la Dimensión de Creación de Diócesis y Provincias Eclesiásticas que un servidor coordina.

Para esto, el cardenal Aguiar escuchó el parecer de los ocho obispos auxiliares que aquél momento estaban en la Arquidiócesis de México. Además, hizo un proyecto de cómo podría ser la división de la Arquidiócesis y la presentó al Colegio de Consultores y posteriormente a los obispos de la provincia eclesiástica de México, informó a la nunciatura apostólica y a un servidor y llevamos a cabo visitas a las posibles nuevas diócesis a fin de encontrarnos con el clero, conocer un poco del territorio, cuál sería la sede en la posible catedral, también la casa del obispo, cuáles serían las oficinas de la curia episcopal y así darnos una idea para tener así la visión de que este proyecto podría salir adelante.

-¿Qué elementos integran el expediente particularmente el que se remitió a su oficina?

Lo que tuvimos que hacer era seguir los lineamientos de la Santa Sede respecto a la creación de nuevas diócesis. Hay que poner cuáles son las razones sociales y culturales, eclesiales, pastorales y que haya la posibilidad de que esa nueva diócesis salga adelante gracias a los recursos materiales y económicos. Entre las razones sociales y culturales vimos que la población de cada una de las tres diócesis que se proponen es bastante homogénea, tiene identidad social y cultural propias ligadas a una fuerte religiosidad popular. Todas cuentan con pueblos originarios en los que hay una gran cohesión social que se basa en usos y costumbres además de que en esos territorios existen los servicios públicos y privados necesarios.

En cuanto a las razones eclesiales, vimos que cuentan con una organización eclesial básica. Tienen infraestructura suficiente y plan de pastoral. Hay sacerdotes, diáconos, personas consagradas, laicos comprometidos, numerosas asociaciones y movimientos laicales, hay una organización muy buena para la formación permanente del clero, todas cuentan con seminaristas que podrían continuar sus estudios y formación en el Seminario Conciliar de México. En cuanto a las razones pastorales, la identidad social y cultural de estas tres posibles diócesis exige que tengan atención pastoral específica. Por eso conviene la división.

Todo esto lo presentamos a la Conferencia del Episcopado Mexicano. La creación de estas nuevas diócesis facilitará la cercanía con el obispo propio, con sacerdotes, diáconos, personas consagradas, fieles, para favorecer la comunión sacerdotal, la promoción vocacional y la atención más adecuada a la realidad religiosa, social y cultural de estas comunidades. Esto fue lo que se presentó al Episcopado Mexicano con una pequeña reseña de la situación en cuanto a la extensión territorial, la población, el número de sacerdotes en cada una de las vicarías episcopales, seminaristas, personas consagradas, la posible catedral, la casa episcopal, la posible curia, las parroquias que la conformarían, los centros educativos existentes, centros de servicio pastoral.



En la historia de la Arquidiócesis de México existen las propuestas para dividirse. Esto no es nuevo. Se ha propuesto desde la época del cardenal Ernesto Corripio…

-Desde la época del cardenal Ernesto Corripio se había visto la conveniencia de dividir la Arquidiócesis Primada de México. Nada más que esto se quedó en posibilidad hasta este momento donde se pudo hacer un estudio más profundo retomando lo que había anteriormente y viendo que estas tres nuevas diócesis, si así lo aprueba la Santa Sede, vienen ya funcionando como tales al ser vicarías episcopales desde hace muchos años.

¿Tuvo usted alguna propuesta que fuera en contra de esta división? ¿Se le hizo llegar algún estudio u opinión que manifestara que no es conveniente la división arquidiocesana?

-Yo no recibí contrapropuesta alguna.

En esta perspectiva, ¿Qué dificultades podrían presentarse al ser creadas?

-En realidad no percibo muchas dificultades porque son territorios grandes, con una buena población de fieles. Incluso tendrían más sacerdotes en comparación con muchas otras diócesis que existen en diversas partes de la República. Tienen mejor infraestructura en relación a otras diócesis que tienen más años aun no cuentan con instalaciones e infraestructura como la tienen estas vicarías episcopales. Creo que no habría dificultades; por el contrario, tienen más elementos de viabilidad.

Algunas opiniones afirman que, en la eventual división, el arzobispo primado de México estaría deshaciéndose de las partes más pobres de la Ciudad. Incluso existe la observación de que no habría una pastoral penitenciaria puesto que los reclusorios estarían en estas nuevas iglesias. ¿Qué opina al respecto?

-El gran proyecto es este: Las nuevas diócesis se integrarán como sufragáneas de la Arquidiócesis Primada de México. Que existiera un plan de trabajo de pastoral que fuera común para toda la provincia eclesiástica. Esto mantendría cierta unidad aunque respetando la autonomía de las nuevas diócesis. Sería un trabajo pastoral muy interesante en esa nueva provincia que así sería conformada.



Prácticamente el Episcopado dio un beneplácito unánime a la división…

-Fue una votación muy amplia y favorable para la creación de las nuevas diócesis. Ahora el paso es la integración adecuada del expediente, enviarlo a la Santa Sede el proyecto junto con el voto favorable de los ocho obispos auxiliares que en ese momento estaban en la Arquidiócesis de México, el Colegio de Consultores, de los obispos de la provincia eclesiástica de México y el voto favorable en el pleno de la CEM.

¿Cuánto tardaría en aprobarse la división desde Roma?

-No lo sabría decir. Hay que integrar el proyecto, se entrega a la Congregación para los Obispos y ahí se designa en reunión plenaria a un obispo responsable con un equipo de trabajo para hacer la revisión de la propuesta, puede haber alguna visita o reunión, alguna sugerencia para tener en cuenta otros elementos. Esto dependerá de las indicaciones de la Santa Sede.

¿Usted estaría obligado a ir a Roma a exponer el expediente correspondiente?

-No. Todo se tramita a través de la nunciatura apostólica. La Santa Sede siempre responde a través de su representación diplomática.

En la pasada 106 Asamblea de la CEM fue nombrado nuevamente para un segundo trienio como responsable de la Dimensión de Creación de Diócesis y Provincias Eclesiásticas.

-Efectivamente, un segundo trienio donde me han solicitado este servicio y con todo gusto lo estoy desempeñando.

¿Existen en México otros proyectos de creación de nuevas diócesis?

-Sí, por el momento ya se recibió una más. Vamos a estar trabajando en ella.

¿Se puede saber cuál es?

-Más vale esperar aún porque está incipiente. Hay que ir al lugar, platicar con el obispo y quienes conforman la provincia correspondiente.



Por otro lado y para aprovechar esta entrevista, usted ha cumplido dos años como pastor de la diócesis de Matamoros. ¿Cómo se ha sentido?

-Estoy muy agradecido con Dios. Me he encontrado con una diócesis excelente. Me ha favorecido también para beneficio de mi salud y qué decir de las personas. El clero es muy bueno, es excelente, sacerdotes muy unidos, muy solidarios y entrones al trabajo, ninguno se echa para atrás particularmente en momentos muy difíciles cuando la violencia arreció en esta zona del país, ellos estuvieron al pie acompañando a los fieles , cerca de ellos, dando ejemplo. Se nota que son sacerdotes con olor a oveja como dice el Papa Francisco. La verdad noto el cariño y cercanía de los fieles.

He tenido el gusto de haber recorrido todas las parroquias. Dediqué entrevistas y reuniones con cada sacerdote para conocerlos personalmente y me platicaran su vida, sueños, gustos, lo que esperaban de un servidor. Ya he tenido encuentros con los fieles de las 72 parroquias y rectorías, pude reunirme con todos los organismos laicales de la diócesis, la vida consagrada. Esto ha sido una ayuda muy grande para seguir adelante con el Plan diocesano de pastoral y echado andar algunos proyectos como la iniciativa de “Iglesia Segura” que abarca varios rubros.



Matamoros es una diócesis fronteriza, ahí está también la cuestión de los migrantes…

-Fui edificado por ver el testimonio de los padres, religiosas y laicos que trabajan con los migrantes. Tenemos dos casas del migrante, una en Matamoros y otra en Reynosa. La diócesis abarca ocho municipios y estoy viendo el testimonio de los sacerdotes religiosas y laicos que dedican su vida a los migrantes. Incluso muy avanzada la noche, cuando ellos son repatriados, ellos los acompañan en el puente fronterizo para traerlos a la casa del migrante, los atienden y escuchan porque regresan muy deprimidos, con sueños y proyectos de vida rotos. A ellos hay que escucharlos y atenderlos. En las casas del migrante se han sentido bien tratados.

El problema de la violencia se suscitó en esa parte del país. ¿Cómo está la situación en Matamoros?

-Gracias a Dios, en general, se ha tranquilizado en los ocho municipios excepto en Reynosa donde lamentablemente continúan los episodios de violencia. Por el otro lado, Matamoros, Camargo, Río Bravo, Méndez o San Fernando donde incluso muchas familias han regresado a vivir, está tranquilo. Nosotros seguimos trabajando, anunciando el Evangelio que, como decía san Juan Pablo II, es la proclamación más clara de los derechos humanos. De esta manera estamos tratado de contribuir a la restauración del tejido social.

La diócesis de Matamoros es pionera en estos protocolos de “Iglesia Segura” ¿Cómo van con esto?

-Muy bien. He visto el entusiasmo de los padres cuando se les propuso este programa “Iglesia Segura” que abarca varios rubros. Lo primero por lo que empezamos fue la creación de protocolos y procedimientos para saber cómo actuar en el caso de que hubiera una balacera. Lo pensamos porque estos hechos se siguen dando sobre todo en Reynosa. Así se hicieron láminas explicado, paso por paso, qué hacer cuando hay balaceras. La información fluyó de los Consejos de Pastoral hacia los grupos y movimientos parroquiales. Hemos creado consejos de protección de niñas, niños, adolescentes y personas vulnerables y está funcionado. Estos son algunos aspectos de “Iglesia Segura” que incluye la seguridad en instalaciones, que cuenten con extintores, botiquines, procedimientos de primeros auxilios en caso de eventualidades.



Es decir, un Plan integral de protección civil…

-Efectivamente, esto lo hemos visto para hacer de los espacios de la Iglesia “lugares seguros”, ambientes seguros, para favorecer el cumplimiento de la misión que Jesús nos ha confiado: Anunciar el Evangelio.

A principios de año, la diócesis sufrió dos explosiones con artefactos caseros en catedral y en la parroquia de san Antonio. ¿Qué resultados hay en las indagatorias?

-Lo único que recogí de lo que informaron es que no se trató de agresión alguna contra la Iglesia. Tenía otro objetivo. Fue todo lo que pude recoger como información. No sabemos cuál fue el móvil. Lo único es que no es un asunto contra la iglesia, es de otra índole. Gracias a Dios no se ha repetido ningún otro hecho.



También están de fiesta por los 60 años de la creación de la diócesis de Matamoros.

-El 11 de abril de 2019 se cumplen los 60 años de la erección de la diócesis de Matamoros y esto suscitó la realización de festejos que van desde la evangelización, la dimensión espiritual, la cultura, el servicio a la gente. El Papa Francisco nos concedió la celebración de un año jubilar por el cual todos los que participen en alguna celebración o momento de oración litúrgica, podrán recibir la indulgencia plenaria. Además hemos organizado los jubileos diocesanos en los municipios para celebrar con la gente de los lugares nuestro Jubileo para que todos se sientan integrados.

Finalmente sabemos que la situación en nuestro país es difícil. Ante el cambio de gobierno hay muchas expectativas. ¿Qué mensaje daría ante este cambio de época y, sobre todo, palabras de ánimo para quienes lean esta entrevista?

-Estamos enfrentando eventos complejos a nivel mundial y nacional, pero la historia es así. Hemos visto que esto ha pasado en todas las épocas. San Agustín dice en un sermón sabiamente: “Piensas que tiempos pasados fueron mejores porque no fueron los tuyos”. Y es cierto. Nos invita a alegrarnos en el momento presente. En este sentido, la invitación de san Agustín es actual. Hay que alegrarnos en el momento presente porque para construir el futuro necesitamos conocer nuestro pasado y trabajar juntos, poniendo lo que nos corresponde, para edificar ese México y el mundo que soñamos. Creo que todos podemos dar de nuestra parte. Y citando lo que dijo el Papa en Tuxtla Gutiérrez: “Hay que echarle ganas”.

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