Entre enmascarados y cachirules

“Sean sencillos como palomas y astutos como serpientes” (Mt 10,16)
Guillermo Gazanini Espinoza / 25 de agosto.- El pasado lunes 22 de agosto, la comunidad LGBT realizó “clausura ciudadana” de la Curia del Arzobispado de México. En parodia y sarcasmo, enmascarados y en el anonimato, dijeron representar a cierta asociación y sólo, con falso fuero e impunidad bajo el adjetivo de “sociedad civil”, los activistas acusaron, señalaron y condenaron bajo infundadas consignas.
El director de la oficina de cultura de la Arquidiócesis de México, el Pbro. Álvaro Lozano Platonoff, se ofreció como interlocutor entre los manifestantes, en nombre de la Iglesia y de la Arquidiócesis de México. Conviene escuchar el diálogo entero entre Diana y el sacerdote negociador quien por “iniciativa de Nuestro Señor de Jesucristo que vino al mundo a encarnarse y hablar con toda la gente” expresó el perdón de la Iglesia por la presunta discriminación porque en el “fondo pensamos lo mismo y sentimos lo mismo”, dijo el joven sacerdote, comprometiendo sus esfuerzos para acabar con el odio.
Sin embargo, los acuerdos a los que pudo haber llegado deben ser bien interpretados para no echar las campanas a vuelo, como lo han hecho algunos medios, bajo criterios parciales que no tienen validez ni implican el pensamiento oficial de la Arquidiócesis de México; la subjetividad no es oficialidad.
Existen cinco elementos importantes a tomar en cuenta.
1.- La comunidad LGBT llegó a las oficinas de la Arquidiócesis en actitud de combate, acusando bajo consignas falaces e imposibles porque simplemente no son como ellos lo afirman. El juicio ya tenía sentencia condenatoria hacia el Arzobispo Primado de México a quien le imputaron homofobia y odio. Más grave fue que, bajo un falso performance, los supuestos agraviados parodiaron grotescamente al sacerdocio cuando, bajo máscaras y disfraces, envían un mensaje al público para decir que la Iglesia está ocupada por personajes siniestros. Comprometieron el inmueble de una Asociación Religiosa al realizar pintas vandálicas incongruentes con una manifestación pacífica lesionando el derecho de propiedad. La primera condición para cualquier acercamiento es la objetividad, certeza, legalidad y el orden, en principio; no puede dialogarse con personas enmascaradas, el anonimato descarta el crédito que se debe otorgar al interlocutor.
2.- En cualquier instancia deben seguirse los procedimientos adecuados para dotar de legitimidad cualquier negociación. La comunidad LGBT se monta en un falso fuero para que “sus exigencias” sean atendidas de inmediato. Entre los grupos deben existir funcionarios o personas con capacidad para realizar acuerdos donde las partes pongan elementos en común y ninguno lleve ventaja o arrastre al otro para aceptar cláusulas lesivas. Bajo este argumento, Diana no es representante de un colectivo, su asociación no es oficial proveniente de una autoridad federal o estatal, más bien sus activistas se manifiestan en actitud hostil y hasta porril contra una Asociación Religiosa buscando “torcer el brazo” del Arzobispo Primado. Así lo confirma, en principio, su beligerancia.
3.- Por otro lado, el director de la comisión de cultura no es intermediador oficial. Si bien sus argumentos quisieron tender puentes para desactivar el conflicto bajo presuntos arreglos, aquéllos quedan en la subjetividad porque, al final, no está legitimado; no tiene capacidad jurídica, ni es el legado especial para acordar en nombre de un superior quien, previamente, tuvo que otorgarle el mandato para negociar. La Arquidiócesis de México es una AR con instancias estructuradas y una representación legal, no una institución improvisada. En este tenor, las expresiones del sacerdote si bien conciliadoras, sólo se quedan en opinión personal y subjetiva que no son eficaces jurídicamente ni vinculantes para sus superiores.
4.- Bajo los canales adecuados y el orden de cualquier institución, los acuerdos no pueden ser tomados a la ligera ni hacerse a nivel de banqueta. Un abrazo no sella compromisos ni afirma que una de las partes ha ganado y la otra, conciliado. Cualquier negociación concluye con los mecanismos para iniciar el diálogo y llegar a lo mejor para ambas partes, no sólo para una de ellas. Para evitar malas interpretaciones, las partes legítimas deben dictar las cláusulas y sólo comunicarse por los canales acordados o constituidos. En este caso, el Arzobispo Primado de México constituyó una oficina de comunicación social y hay un vocero con el encargo particular. El padre Lozano Platonoff, efectivamente, no es vocero de la Arquidiócesis de México. Sus dichos carecen de oficialidad alguna y sus expresiones quedaron al nivel de entrevista banquetera.
5.- El Pbro Lozano Platonoff solicitó perdón sincero como sacerdote y como hijo de la Iglesia, pero sus disculpas no son las del Arzobispo Primado de México bajo el simple argumento de que lo que se le imputa jamás ha sido dicho por él. De esta forma, al no tener materia, no hay disculpa válida. Por otro lado, el director de la oficina de cultura afirmó un presunto carácter ofensivo del órgano Desde la fe; no obstante, las posiciones editorialistas del semanario han expresado su opinión contra la política que quiere desmantelar instituciones de derecho familiar e ideologías que buscan diluir al matrimonio entre un hombre y una mujer. La cuidadosa lectura de cada entrega jamás infiere ni insinúa líneas de odio, denigración o que azuzen la persecución hacia las personas y sus artículos, como advierte la misma cláusula del semanario, son responsabilidad de sus autores. Desde la fe es órgano de información, no gaceta oficial.
Los medios de comunicación han replicado que al seno de la Arquidiócesis de México hay divisiones y desacuerdos y esto no es así. El Papa Francisco y el Arzobispo Primado de México señalan que la Iglesia debe ser instrumento de paz y expresar el perdón ahí donde se ha ofendido. Si bien puede aplaudirse la actitud conciliadora del padre Lozano Platonoff, su esfuerzo sólo sirvió para desactivar un conflicto y ya. Lamentablemente, la comunidad LGBT se marchó con la falsa impresión de conseguir acuerdos definitivos y oficiales, pero no fue así por los argumentos ya expresados. No hay conflicto entre “alas conservadoras y liberales” Lo del lunes fue diálogo entre enmascarados y cachirules.