#8M2024 8M del 2024

#MujeresEntreGuerras
| Raquel Sepúlveda Silva
Hace ya algunos años que recuerdo la algarabía por conmemorarse mundialmente el día de la mujer. Las mujeres de mi tribu mandamos a hacer nuestros pañuelos lilas con el puño nuestro y de todas nuestras compañeras en alto. En esa época, salir a la calle a manifestarse era un acto de total valentía. Muchas estrofas eran repetidas por filas interminables de mujeres que habían salido ese día a gritar por nuestros derechos, tan olvidados en relación al patriarcado imperante que había hecho un muy buen trabajo para que nosotras fuéramos olvidadas.
Hoy casualmente abriendo la cómoda de mi abuela materna que está en nuestra pieza, es que me reencontré con ese pañuelo y comencé a realizar diversas meditaciones respecto de nuestra condición social, también de las mujeres privilegiadas socioeconómicamente que hacen a veces poco o tal vez nada por aquellas que no son visibilizadas en nuestro entorno social. Recuerdo especialmente la marcha de un día en qué todas pudimos tomarnos de la mano, y pasar gritando y cantando frente a grupos de hombres que estaban en lugares estratégicos, incluyendo la policía, como si estás vándalas, fueran a ser capaces de romper vidrios de saquear supermercados y lo más terrible de agredirlos. Nuestra manifestación no llevaba ese camino, llevaba el camino de la legitimación de los derechos que muchos grupos sociales han olvidado lo que nos corresponde como derecho.
Hoy, conmemoraremos este 8M, a 2 años de una guerra en la que aunque distante geográficamente, no nos permite valóricamente sentirnos ajenas y distantes de aquellas hermanas que ya están sin vida, que nadie podrá ir a ver a una sepultura, porque han sido enterradas en fosas comunes producto de una guerra.
Cuántas de ellas con hijos pequeños que han perdido la vida, situación que nada les permitirá olvidar aquellos a quienes albergaron en el vientre y que hoy ya no están con ellas. Madres, hermanas, hijas, sobrinas, nietas, todas expuestas al horror inimaginable de una guerra, de la cual no les solicitaron perspectivas y ninguna disposición, donde una vez más han sido víctimas de la toma de decisiones autoritaria de quienes nunca les preguntaron si estaban de acuerdo con aquello que decidían y más aún con las consecuencias de lo que vendría posteriormente.
Si hoy salimos a la calle, lo haremos en el triste silencio que nos permitirá rendirle nuestros respetos, y entregándonos una flor entre unas y otras recordarlas con la esperanza de vida que cada una de ellas tenía.
En este 8M, un silencio total por nuestras compañeras, por las mujeres de nuestra tribu, por las que mueren en la guerra, y una parada simbólica que en el más fecundo silencio nos permita decirles:” las extrañamos aunque no las conocimos, lamentamos su pérdida como ustedes lamentarían la nuestra, hoy luchamos por la vida pero hacemos presente la consecuencia dolorosa de la muerte, 1 minuto de silencio por cada una de ustedes.”
Dolor sin misericordia en este 2024 qué tendrá muertes como el originario 8M que nos hace hacernos presentes, en un caudal de sangre.
Raquel Sepúlveda Silva.
p.d.: Nunca bajar nuestros puños, mucho es lo que nos falta por recorrer.