Mateo nos habla en el Evangelio de hoy (Agosto 13), de lo que es para mí una palabra mágica: l@s niñ@s.
Mt 18, 1-5. 10. 12-14 (fragmento)
En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?” Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: “Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí […]
¿Qué significa ser niñ@? Es una palabra que puede ser mil cosas, desde la creación más querida de Dios, la inocencia, la ausencia de pecado, la vulnerabilidad en su máxima expresión, hasta una expresión de dulzura, ternura y fragilidad llevada al límite.
Solo encontramos dos veces en los Evangelios de Mateo (Mt 9,35-36;Mt 18, 1-5), la palabra “caricias” que están dirigidas a los niños, y es en el momento que Jesús los abraza con inmensa ternura divina, sin dobles intenciones, y en donde podemos inferir que Jesús abraza a lo mejor de toda la humanidad.
L@s niñ@s nos invitan HOY, a mirar desde abajo, a recobrar el sentido de asombro. Y, si la inocencia significa carecer de malicia, no dejemos que nadie se aproveche de ell@s. La inocencia es un estado puro del alma, volvamos a abrazarla y a creer como l@s pequeñ@s, porque son nuestr@s más grandes maestr@s