Ya nada será igual

Ya nada será igual
Ya nada será igual

Seguro que todos coincidimos en que estamos viviendo uno de los momentos más duros de nuestra historia. La pandemia ha puesto en jaque a toda la humanidad, sin distinción de clases sociales o países del norte o sur. Habrá un antes y un después de este Cobid-19. El ser humano que se creía invencible, dominador del mundo, ha sido vencido por un minúsculo virus, casi invisible, pero ahí está, aún latente…

Esto nos ha llevado a pararnos, volver la mirada a Dios y recordar la fragilidad del ser humano. Posiblemente, la prepotencia de Europa nos hacía pensar que esto solo podía pasar en países con menos recursos, pero no ha sido así.

Hemos palpado la muerte y el miedo. Se ha desplomado el consumismo y nos hemos encerrado en nosotros mismos con un solo pensamiento: ¡¡sobrevivir!!

Seguramente nos hemos sentido más unidos que nunca porque juntos hemos sido capaces de compartir todos los dones recibidos y aunar esfuerzos.

Ahora parece que se empieza a ver algo de luz, aunque todavía nos queda mucho para llegar al final. Las consecuencias se sentirán durante mucho tiempo. Hay heridas que nunca cerraran. Todos conocemos personas que se han quedado por el camino en las que la tragedia ha sido aún mucho mayor.

Esto no nos puede pasar de largo cuando se acabe, sino que nos tiene que servir para tener una nueva visión del mundo, bajando la cabeza cuando sea necesario y con humildad. Tenemos que poner en marcha una nueva manera de ser y de vivir. Aprender a mirar desde abajo para no caer en los mismos errores. Aprender a “nacer de nuevo” a una vida nueva. En nuestras manos está…

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