La barcelonesa participa en un Jubileo de los Trabajadores marcado por la ausencia del pontífice Mercè Solé: “Francisco nos deja una Iglesia sensible con la cuestión obrera, vertebradora para todo el mundo”

La ciudad de Roma se convirtió del 1 al 4 de mayo —arrancando el Día Internacional de los Trabajadores— en el epicentro de un "claro compromiso por el trabajo digno en todas las capas sociales existentes"
Mercè Solé, directora del Secretariado interdiocesano de Pastoral Obrera de Cataluña, define su experiencia vivida en un Jubileo de los Trabajadores "marcado por la ausencia de un papa muy preocupado por un asunto al cual se alió siempre"
| Xavier Pete/Agencia Flama
A pesar de que hace unas semanas ninguno de los peregrinos del Jubileo de la Iglesia católica esperara que, durante los meses de abril y mayo, la muerte del papa Francisco y el proceso para elegir un nuevo pontífice alterarían el programa de este importante acontecimiento celebrado cada 25 años, relegándolo a un segundo plan informativo, la ciudad de Roma se convirtió del 1 al 4 de mayo —arrancando el Día Internacional de los Trabajadores— en el epicentro de un “claro compromiso por el trabajo digno en todas las capas sociales existentes”.
Esta es la manera como Mercè Solé, directora del Secretariado interdiocesano de Pastoral Obrera de Cataluña, define su experiencia vivida en un Jubileo de los Trabajadores “marcado por la ausencia de un papa muy preocupado por un asunto al cual se alió siempre” y en que acompañó a una decena de representantes españoles de la pastoral del trabajo: “Fue una delegación encabezada por Abilio Martínez, obispo de la diócesis de Osma-Soria y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social de la Conferencia Episcopal Española, y en que había representantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica, de Acción Católica Obrera, de la Juventud Obrera Cristiana, así como algunos compañeros de Alicante y el director del departamento de Pastoral del Trabajo de la CEE, el laico Antonio José Aranda”, como detalla Solé.

Después de vivir un primero de mayo "especial" y en que, desde las vías principales del Vaticano, la comitiva ganaba el Jubileo atravesando la Puerta Santa de la basílica donde hace unos días era expuesto el cuerpo sin vida de Bergoglio, Solé destaca que durante estas jornadas jubilares se tuvo un recuerdo por "todos los compañeros muertos en accidentes de trabajo y todos aquellos quienes forman parte de nuestros movimientos, que hemos llevado en el corazón". Tampoco se olvidaba, como indica Solé, de "la preocupación de la Iglesia por el mundo del trabajo".
"Tenemos presente el legado del pontificado de Francisco en esta línea —continúa—, pero también el destacado papel que han protagonizado hacia los problemas del mundo obrero otros pontífices como León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum, de 1891, Juan Pablo II o Benedicto XVI, los cuales no hicieron perder nunca la esperanza a sus coetáneos mientras iban reforzando tan bien como podían la relación entre la Iglesia y los trabajadores".
Solé, que pudo conocer en este peregrinaje en la Ciudad Eterna a la economista italiana Alessandra Smerilli, religiosa del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, considera como "positiva" la política de este organismo "consistente a escuchar, reflexionar y emitir propuestas pastorales concretas sobre los trabajadores y la justicia social". "Gracias a la Iglesia que nos ha permitido tener hoy en día Francisco —concluye—, la cuestión del trabajo se continúa observando como vertebradora en muchos aspectos de la vida humana, y en todos los grupos sociales".
