"Llevamos en el corazón al pueblo de Ucrania y le acompañamos en su sufrimiento" El Papa agradece a los polacos que “hayan abierto sus fronteras, sus corazones y sus hogares a los ucranianos que huyen de la guerra”

El Papa reza por Ucrania
El Papa reza por Ucrania

El Papa aboga por la “alianza de las generaciones” y por evitar “la prepotencia del tiempo del reloj”

"La prepotencia del tiempo del  reloj debe convertirse en la belleza de los ritmos de la vida. La alianza de las generaciones es  indispensable"

"El exceso de velocidad, que ya obsesiona todos los pasajes de  nuestra vida, hace cada experiencia más superficial y menos 'nutriente'"

"Los jóvenes son víctimas  inconscientes de esta escisión entre el tiempo del reloj, que quiere ser quemado, y los tiempos de la vida,  que requieren una adecuada 'fermentación'"

"La alianza entre  las dos generaciones en los extremos de la vida – los niños y los ancianos – ayuda también a las otras dos  – los jóvenes y los adultos – a vincularse para hacer la existencia de todos más rica en humanidad"

En el día del miércoles de ceniza, pórtico de la Cuaresma, el Papa Francisco continúa con su ciclo de catequesis dedicado a la ancianidad, esta vez, centrada en la longevidad. El Papa aboga por la “alianza de las generaciones” y por evitar “la prepotencia del tiempo del reloj”, porque “el exceso de velocidad, que ya obsesiona todos los pasajes de  nuestra vida, hace cada experiencia más superficial y menos 'nutriente'. Es necesario, pues, "evitar los peligros de la prisa".

Pero Bergoglio no quiso desaprovechar la ocasión de este día de ayuno y oración por la paz en Ucrania, que él mismo convocó. Y, por eso, en sus saludos, recordó que “la paz en el mundo comienza con nuestra conversión personal” y, sobre todo, quiso agradecer a los polacos la acogida de los refugiados de la vecina Ucrania: “Ustedes fueron los primeros en apoyar a Ucrania, abriendo sus fronteras, sus corazones y las puertas de sus hogares a los ucranianos que huían de la guerra”.

Catequesis del Papa

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!  

En el pasaje bíblico de las genealogías de los antepasados sorprende enseguida su enorme  longevidad: ¡se habla de siglos! ¿Cuándo empieza, aquí, la vejez? ¿Y qué significa el hecho de que estos  antiguos padres vivan tanto después de haber generado los hijos? ¡Padres e hijos viven juntos, durante  siglos! Esta cadencia secular de la época, narrada en estilo ritual, otorga a la relación entre longevidad y  genealogía un profundo significado simbólico.  

Es como si la transmisión de la vida humana, tan nueva en el universo creado, pidiera un lenta y  prolongada iniciación. Todo es nuevo, en los inicios de la historia de una criatura que es espíritu y vida,  conciencia y libertad, sensibilidad y responsabilidad. La nueva vida – la vida humana -, inmersa en la  tensión entre sus orígenes “a imagen y semejanza” de Dios y la fragilidad de su condición mortal,  representa una novedad completamente por descubrir. Y pide un largo tiempo de iniciación, en el que es indispensable el apoyo recíproco entre las generaciones, para descifrar las experiencias y confrontarse con  los enigmas de la vida. En este largo tiempo, lentamente, es cultivada también la calidad espiritual del  hombre.  

En un cierto sentido, todo paso de época, en la historia humana, nos propone de nuevo esta  sensación: es como si tuviéramos que retomar nuestras preguntas sobre el sentido de la vida desde el  inicio y con calma, cuando aparece el escenario de la condición humana lleno de preguntas nuevas e  interrogantes inéditos. Ciertamente, la acumulación de la memoria cultural aumenta la familiaridad  necesaria para afrontar los pasajes inéditos. Los tiempos de la transmisión se reducen; pero los tiempos de  la asimilación piden siempre paciencia. El exceso de velocidad, que ya obsesiona todos los pasajes de  nuestra vida, hace cada experiencia más superficial y menos “nutriente”. Los jóvenes son víctimas  inconscientes de esta escisión entre el tiempo del reloj, que quiere ser quemado, y los tiempos de la vida,  que requieren una adecuada “fermentación”. Una larga vida permite experimentar estos largos tiempos y  los daños de la prisa.  

El Papa y una anciana

La vejez, ciertamente, impone ritmos más lentos: pero no son solo tiempos de inercia. La medida  de estos ritmos abre para todos espacios de sentido de la vida desconocidos para la obsesión de la  velocidad. Perder el contacto con los ritmos lentos de la vejez cierra estos espacios para todos. Es en este  horizonte que he querido instituir la fiesta de los abuelos, en el último domingo de julio. La alianza entre  las dos generaciones en los extremos de la vida – los niños y los ancianos – ayuda también a las otras dos  – los jóvenes y los adultos – a vincularse para hacer la existencia de todos más rica en humanidad.  Es necesario el diálogo entre las generaciones.

Imaginemos una ciudad donde la convivencia de las diferentes edades forme parte integral del  proyecto global de su hábitat. Pensemos en la formación de relaciones afectivas entre vejez y juventud  que se irradien en el estilo general de las relaciones. La superposición de las generaciones se convertiría  en fuente de energía para un humanismo verdaderamente visible y vivible. La ciudad moderna tiende a  ser hostil con los ancianos (y no por casualidad también lo es con los niños). El exceso de velocidad nos  mete en una centrífuga que nos barre como confeti. La mirada de conjunto se pierde por completo. Cada uno se aferra a su propia pieza, que flota sobre los flujos de la ciudad-mercado, para la cual los ritmos  lentos son pérdidas y la velocidad es dinero. El exceso de velocidad pulveriza la vida, no la hace más  intensa.  

La pandemia, en la cual estamos todavía obligados a vivir, ha impuesto – muy dolorosamente,  lamentablemente – un revés para el obtuso culto a la velocidad. Y en este período los abuelos actuaron  como barrera ante la “deshidratación” emocional de los pequeños. La alianza visible de las generaciones,  que armoniza los tiempos y los ritmos, nos devuelve la esperanza de no vivir la vida en vano. Y devuelve  a cada uno el amor por nuestra vida vulnerable, cerrándole el paso a la obsesión de la velocidad, que  simplemente la consume. Los ritmos de la vejez son un recurso indispensable para captar el sentido de la  vida marcada por el tiempo. Gracias a esta mediación, se hace más creíble el destino de la vida en el  encuentro con Dios: un diseño que está escondido en la creación del ser humano “a su imagen y  semejanza” y está sellado en el hacerse hombre del Hijo de Dios.  

Abuelo

Hoy se verifica una mayor longevidad de la vida humana. Esto nos ofrece la oportunidad de  aumentar la alianza entre todas las etapas de la vida; y también con el sentido de la vida en su totalidad.  Que el Espíritu nos conceda la inteligencia y la fuerza para esta reforma: la prepotencia del tiempo del  reloj debe convertirse en la belleza de los ritmos de la vida. La alianza de las generaciones es  indispensable. Que Dios nos ayude a encontrar la música adecuada para esta armonización. 

Saludo en francés

"Nuestra oración y ayuno de hoy será una súplica por la paz en Ucrania, recordando que toda paz en el mundo comienza con nuestra conversión personal, siguiendo a Cristo".

Saludo en español

Queridos hermanos y hermanas: 

Al escuchar el texto del Génesis, quedamos sorprendidos por la longevidad de los antepasados. Padres e hijos viven juntos, por siglos, de manera que podemos encontrar un significado simbólico en la relación que existe entre la longevidad y la genealogía. Constatamos que, al inicio de la existencia de una creatura, hay una tensión entre su origen “a imagen y semejanza de Dios” y la fragilidad de su condición mortal. De manera que el apoyo mutuo entre las generaciones es necesario para entender las experiencias vividas y enfrentarse a las grandes preguntas de la vida.  

Abuelos y nietos

La vejez impone ritmos más lentos, que crean espacios de reflexión profundos sobre el sentido  de la vida, ritmos impensables cuando estamos sometidos a la dinámica obsesiva del tiempo. Hemos visto cómo la pandemia ha obstaculizado el culto frenético a la velocidad; en este tiempo los abuelos  se han convertido en una barrera que ha evitado que la vida afectiva de los más pequeños se marchite.

Esta alianza visible entre generaciones nos restituye la esperanza de no vivir en vano y también el amor por nuestra vida vulnerable que, asumida por el Hijo de Dios al hacerse hombre, nos asegura que nuestro destino es el de caminar hacia el encuentro con Dios. 

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Que el Espíritu Santo nos conceda  la gracia de experimentar la belleza de cada etapa de la vida, que promueva la necesidad de una alianza entre las generaciones, llena de armonía y serenidad. Dios los bendiga. Muchas gracias. 

El speaker ucraniano
El speaker ucraniano

Saludo en polaco

Saludo cordialmente a todos los polacos.

Ustedes fueron los primeros en apoyar a Ucrania, abriendo sus fronteras, sus corazones y las puertas de sus hogares a los ucranianos que huían de la guerra.

Les ofreces generosamente todo lo que necesitan para vivir con dignidad, a pesar del drama del momento.

Les estoy profundamente agradecido y les bendigo con todo mi corazón.

Y este hermano franciscano que hace el speaker en polaco es ucraniano y sus padres están en el refugio subterráneo, para defenderse de las bombas, cerca de Kiev. Y él sigue cumpliendo con su deber aquí, con nosotros. Acompañándole a él, acompañamos a todo el pueblo ucraniano que está sufriendo los bombardeos y a sus ancianos padres y a tantos ancianos que están en los refugios para defenderse.

Llevamos en el corazón al pueblo de Ucrania y gracias por seguir en tu trabajo.

San Miguel, patrón de Ucrania
San Miguel, patrón de Ucrania

Primero, Religión Digital

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