Francisco exige "el alivio de la deuda para las naciones muy endeudadas" El Papa denuncia la "co-irresponsabilidad" de quienes usan el dinero de los pobres para aumentar injustamente su riqueza

Francisco, con algunos de los participantes, entre ellos la vicepresidenta Nadia Calviño
Francisco, con algunos de los participantes, entre ellos la vicepresidenta Nadia Calviño

"Cada año cientos de miles de millones de dólares, que deberían pagarse en impuestos para financiar la atención médica y la educación, se acumulan en cuentas de paraísos fiscales"

“Se trata de problemas solucionables y no de ausencia de recursos. No existe un determinismo que nos condene a la inequidad universal”

"Que todos se comprometan a trabajar juntos para cerrar las guaridas fiscales, evitar las evasiones y el lavado de dinero que le roban a la sociedad"

Entre los asistentes, se encontraba la vicepresidenta Económica española, Nadia Calviño

“Se trata de problemas solucionables y no de ausencia de recursos. No existe un determinismo que nos condene a la inequidad universal”. Francisco se encontró este mediodía con líderes globales de todo el mundo (entre ellos, la vicepresidenta Nadia Calviño), congregados en torno al  taller dedicado a "Nuevas formas de fraternidad solidaria, de inclusión, integración e innovación", organizado por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales

“Aprovechemos este nuevo inicio del año para construir puentes, puentes que favorezcan el desarrollo de una mirada solidaria desde los bancos, las finanzas, los gobiernos y las decisiones económicas”, sostuvo el Papa en su discurso, resaltando que “necesitamos de muchas voces capaces de pensar, desde una perspectiva poliédrica, las diversas dimensiones de un problema global que afecta a nuestros pueblos y a nuestras democracias”.

Cada vez más pobres en un mundo cada vez más rico

“El mundo es rico y, sin embargo, los pobres aumentan a nuestro alrededor”, denunció Begoglio, quien auguró que “aproximadamente cinco millones de niños menores de 5 años este año morirán a causa de la pobreza. Otros 260 millones carecerán de educación debido a falta de recursos, las guerras y las migraciones”, una situación que ha propiciado que “millones de personas sean víctimas de la trata y de las nuevas formas de esclavitud, como el trabajo forzado, la prostitución y el tráfico de órganos”.

Francisco, con los participantes en el encuentro

Pese a las malas noticias, el Papa quiso enviar un mensaje de esperanza: “Se trata de problemas solucionables y no de ausencia de recursos. No existe un determinismo que nos condene a la inequidad universal”.

“Se pueden generar y estimular dinámicas capaces de incluir, alimentar, curar y vestir a los últimos de la sociedad en vez de excluirlos”, apuntó Francisco, quien dio un toque de atención a los más ricos: “El nivel de riqueza y de técnica acumulado por la humanidad, así como la importancia y el valor que han adquirido los derechos humanos, ya no permite excusas. Nos toca ser conscientes de que todos somos responsables”. 

Y es que, añadió, “si existe la pobreza extrema en medio de la riqueza (también extrema) es porque hemos permitido que la brecha se amplíe hasta convertirse en la mayor de la historia. Las 50 personas más ricas del mundo tienen un patrimonio equivalente a 2,2 billones de dólares”.

Corrupción, paraísos fiscales, recortes

Tras recordar que “la Iglesia celebra las formas de gobierno y los bancos —muchas veces creados a su amparo— cuando cumplen con su finalidad, que es, en definitiva, buscar el bien común, la justicia social, la paz”, también “advierte que estas benéficas instituciones, tanto públicas como privadas, pueden decaer en estructuras de pecado”, que incluyen “recortes de impuestos para las personas más ricas, justificados muchas veces en nombre de la inversión y desarrollo; paraísos fiscales para las ganancias privadas y corporativas, y la posibilidad de corrupción por parte de algunas de las empresas más grandes del mundo, no pocas veces en sintonía con el sector político gobernante”.

Intervención del Papa

¿Qué ocurre entonces? Que “cada año cientos de miles de millones de dólares, que deberían pagarse en impuestos para financiar la atención médica y la educación, se acumulan en cuentas de paraísos fiscales impidiendo así la posibilidad del desarrollo digno y sostenido de todos los actores sociales”, mientras “las personas empobrecidas en países muy endeudados soportan cargas impositivas abrumadoras y recortes en los servicios sociales, a medida que sus gobiernos pagan deudas contraídas insensible e insosteniblemente”. Es lo que Francisco denomina la “co-irresponsabilidad”.

Alivio de la deuda insostenible

“Es bueno recordar que no existe una ley mágica o invisible que nos condene al congelamiento o a la parálisis frente a la injusticia. Y menos aún existe una racionalidad económica que suponga que la persona humana es simplemente una acumuladora de beneficios individuales ajenos a su condición de ser social”, sostuvo Bergoglio, recordando cómo los Objetivos de Desarrollo Sostenible exhortan a "ayudar a los países en desarrollo a lograr la sostenibilidad de la deuda a largo plazo a través de políticas coordinadas destinadas a fomentar el financiamiento de la deuda, el alivio de la deuda y la reestructuración de la deuda, según corresponda, y abordar el problema externo deuda de los países pobres muy endeudados para reducir la angustia de la deuda" (ODS 17.4). 

“Hace más de setenta años, la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas comprometió a todos sus Estados Miembros a cuidar de los pobres en su tierra y hogar y en todo el mundo, es decir, en la casa común”, recordó Francisco, quien apuntó que, hoy por hoy, estos objetivos “sí están al alcance inmediato”.

No a las guaridas fiscales

“Trabajemos juntos para terminar con estas injusticias”, pidió el Papa a los líderes asistentes al simposio. “Recuérdenles su responsabilidad de proporcionar asistencia para el desarrollo a las naciones empobrecidas y alivio de la deuda para las naciones muy endeudadas. Recuérdenles el imperativo de detener el cambio climático provocado por el hombre, como lo han prometido todas las naciones, para que no destruyamos las bases de nuestra Casa Común”. 

Todo ello para construir “una nueva ética” que “supone ser conscientes de la necesidad de que todos se comprometan a trabajar juntos para cerrar las guaridas fiscales, evitar las evasiones y el lavado de dinero que le roban a la sociedad, como también para decir a las naciones la importancia de defender la justicia y el bien común sobre los intereses de las empresas y multinacionales más poderosas (que terminan por asfixiar e impedir la producción local)”.

DISCURSO DEL PAPA A LOS PARTICIPANTES EN EL CURSO “NUEVAS FORMAS DE FRATERNIDAD SOLIDARIA, DE INCLUSIÓN, I... by Religión Digital on Scribd

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