Francisco rompió una tradición que comenzaron los papas en 1870 ¿Santa Marta o el Palacio Apostólico? La primera decisión del nuevo papa que hablará sobre su estilo

Cuando, recién elegido papa, Francisco decidió instalarse en la Casa Santa Marta estaba rompiendo una tradición que se remontaba al año 1870, año en que los pontífices se instalaron en el Palacio Apostólico
Esa decisión del Papa argentino, toda una declaración de intenciones de cómo iba a ser su papado, se quiera o no pero de alguna manera va a ser tomada como baremo por el papa que salga del cónclave. ¿Volverá el sucesor número 267 de Pedro a habitar el imponente Palacio Apostólico?
| José Lorenzo enviado especial a Roma
Cuando, recién elegido papa, Francisco decidió instalarse en la Casa Santa Marta estaba rompiendo una tradición que se remontaba al año 1870, año en que los pontífices se instalaron en el Palacio Apostólico, hogar que fue de los sumos pontífices desde Pío IX hasta Benedicto XVI, aunque este último, como papa emérito, también vivió en el monasterio Mater Ecclesiae tras su renuncia.
Esa decisión del Papa argentino, toda una declaración de intenciones de cómo iba a ser su papado, se quiera o no pero de alguna manera va a ser tomada como baremo por el papa que salga del cónclave. ¿Volverá León XIV a habitar el imponente Palacio Apostólico? ¿Seguirá la señal de Jorge Mario Bergoglio y se retirará a los modestos aposentos de la Casa Santa Marta que mandó construir Juan Pablo II para acoger a los cardenales cuando venían a Roma para un consistorio o cónclave?
Francisco tomó la decisión de no habitar el imponente palacio (parte del cual puede ser visitado por el público) tras ingresar en él y sentir una sensación extraña que relataría más tarde en una de sus famosas entrevistas.

“(Al pasar por allí) la sensación que tuve fue como la de un embudo al revés. Psicológicamente no puedo tolerarlo”, explicó en conversación con la Radio Televisión Suiza. Luego, relató, al pasar por Santa Marta, vio una habitación disponible y decidió quedarse allí.
En ningún momento parece que Francisco se hubiese arrepentido de aquella decisión. Ser uno más de los huéspedes de Casa Santa Marta le permitía estar en contacto con la gente, algo que demostró que era lo quería, como quedó patente en su última vuelta a la plaza de San Pedro horas antes de su fallecimiento el 21 de abril.

“Estoy a la vista de la gente y hago la vida normal: misa pública a la mañana, como en el comedor con todos, etc. Esto me hace bien y evita que quede aislado”, le contaría luego por carta a una sacerdote argentino.
"Comer en el comedor, donde está toda la gente, tener la misa esa donde cuatro días a la semana viene gente de afuera, de las parroquias, me da un poquitito de holgura espiritual. Me gusta mucho eso”, dijo el papa también en entrevista en Televisa.
Vacaciones en Castel Gandolfo?
Así pues, la elección de dónde residirá el nuevo papa será un primer indicativo de su talante, aunque no cabe juzgarlo apriorísticamente por este detalle, obviamente. La austeridad de Bergoglio, que era natural, no impostada, sin embargo contrastaba con lo que era tradicional hasta entonces.

Como también será indicativo si el sucesor decide finalmente ir a pasar el ferragosto romano al otro palacio apostólico que tiene los pontífices a 25 kilómetros de Roma, en Castel Gandolfo, junto al lago Albano, donde gustaba de pasar algunos días de descanso y tocando el piano Benedicto XVI.
Francisco era poco amigo de las vacaciones y pasaba sus días de descanso en Casa Santa Marta, aprovechando para trabajar en documentos o encíclicas, y sin parar de recibir a gente en audiencias privadas. Por eso, en 2016, Bergoglio permitió que el público ingresara a 20 habitaciones nunca antes mostradas, incluyendo una biblioteca privada, un estudio, una capilla y un dormitorio de Castel Gandolfo.
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