La foto del papa Francisco con Sor Gloria Cecilia Narváez dio la vuelta al mundo este domingo, ya que la monja colombiana había sido liberada de sus captores de Malí apenas un día antes. Una logística fundada en un importante acuerdo entre la Gendarmería vaticana y la policía colombiana (el único de este tipo a nivel latinoamericano) permitió que Narváez estuviera en la misa que abrió el camino sinodal hacia 2023.
Sin embargo, el Papa saludó dos veces a la monja, y no una como difundió el Vaticano. El Papa la identificó mentras entraba a la Basílica de San Pedro, a instancias de la prefectura pontificia y se acercó a darle un cálido saludo. Luego, durante un momento de la Misa, indicó a los ceremonieros pontificios que la ubicaran en un lugar privilegiado en el que poder volver a verla antes de salir y mandar, con esa foto, un fuerte mensaje al mundo, indicaron testigos de ese primer saludo a RD.
El Dicasterio de Comunicación, sin embargo, no solo no reaccionó a ese primer encuentro, síntoma quizás de la desconexión que hay con la Prefectura de la Casa Pontificia, sino que también reaccionó tarde al segundo saludo.
No es la primera vez que encuentros del Papa en las Audiencias o Misas pasan desapercibidos para el corazón editorial del Dicasterio. De hecho, el sitio de noticias del Vaticano aún consigna que el único saludo fue "al final de la Misa de apertura del Sínodo", incluso cuando lo que se abrió ayer fue el camino sinodal hacia la asamblea de obispos de 2023 y no el sínodo propiamente dicho.
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