Aclamad a Dios con gritos de júbilo

¡Feliz lunes! En la misa que el papa León XIV tuvo ante el colegio cardenalicio en la Capilla Sixtina se cantó esta antífona; no la que vamos a escuchar hoy, sino otra con el mismo texto. Vamos a disfrutar de una bella composición con las palabras del salmo.

No es la primera vez que traigo música de Giovanni Gabrieli (h. 1555-1612), compositor italiano nacido y muerto en Venecia. Es muy posible que estudiase con su tío Andrea, organista en San Marcos. Imitando a este, pasó por Alemania para trabajar al servicio del duque Alberto V. Luego volvió a Italia y consiguió el puesto de organista de la Escuela Grande de San Roque, cargo que mantuvo durante toda su vida. De ahí pasó a San Marcos y ese puesto (el de principal compositor de la basílica) fue el que le llevó a conseguir la fama y la posteridad que finalmente tuvo. El carácter cosmopolita de la cuidad y la particular arquitectura del templo hicieron que su música fuese tan especial que fue la que llevó a su clímax la llamada escuela veneciana. En San Marcos los coros estaban colocados antifonalmente, enfrentados y separados (que es lo que se conoce como cori spezzati) y el acompañamiento de instrumentos sin duda enriqueció especialmente las composiciones.
Disfrutemos de su motete Omnes gentes plaudite manibus, a 16 voces. Gabrieli hace un uso muy característico del texto, haciendo que en la palabra omnes inicial el coro cante con especial fuerza. También hace uso del compás ternario para realzar los momentos de alegría y, en ascendit Deus, introduce pasajes en forma de fanfarria para denotar la alegría de la pascual e incluso imitar el sonido de las trompetas. Siempre que escuchamos la obra de Gabrieli nos maravilla la brillantez de sus composiciones y cómo nos insuflan un especial aliento, que en este caso está lleno de luz pascual.
La interpretación es de Gabrieli Consort dirigidos por Paul McCreesh.