Alabad a Dios, nuestra fortaleza

Exultate Deo, Palestrina

¡Feliz miércoles! Polifonía es sinónimo del compositor de hoy, todo un referente. Su obra ha sido imitada y estudiada con tanta profundidad que la conocemos bastante bien. Se dice de él que fue el salvador de la polifonía aunque no fue así. Solo (¡casi nada!) supo encauzarla según los gustos de la época para así encontrar su camino.

G. P. da Palestrina

Obviamente es Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), compositor italiano nacido en Palestrina. Su padre se llamaba Santo Pierluigi de donde nuestro maestro tomó su apellido. En Roma comenzó a cantar en el coro de Santa María La Mayor. En 1547 se casó con Lucrezia Gori y tuvieron tres hijos. Empezaron a ofrecerle puestos importantes en Roma y también sus primeros libros de obras vieron la luz. Por ejemplo, en 1571, aún casado, era el maestro de capilla de la Cappella Giulia del Vaticano. No fue hasta la muerte de su esposa en 1580 cuando empezó a considerar si debía ordenarse sacerdote o no. Finalmente decidió volver a casarse con Virginia Dormoli, viuda de un rico comerciante. Ese matrimonio, que le permitió estar desahogado económicamente y que sus negocios prosperasen, a la vez que su puesto en la Basílica de San Pedro, permitió que pasase uno de los tiempos más fructífero de su vida.

Disfrutemos de su motete Exultate Deo. Es una obra a cinco voces publicada en su Motettorum quinque vocibus liber quintus de 1584. Esta obra es una bella descripción musical ya que las voces parecen cantar imitando a instrumentos, llenas de alegría. Quien piense que Palestrina solo componía obras graves y digamos que serias, aquí tiene la prueba de que no siempre era así. Aunque su música es tomada como modelo de contrapunto y de polifonía abstracta, siempre requiere de una gran implicación emocional de los intérpretes (y los oyentes) para llevarla a buen puerto. ¡Qué maravilla!

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Odhecaton dirigido por Paolo da Col.

Volver arriba