Bach, fuga BWV 578



¡Feliz domingo! También en la Cuaresma, durante todos los domingos, tendremos presente a Bach. Es curioso cómo algunas de sus obras se han impuesto en el repertorio de una forma casi inexplicable. Pasa con la obra de hoy. De acuerdo que tiene una calidad suprema pero no es de sus grandes composiciones, esos magnos preludios y fuga o corales. Sin embargo, yo he escuchado esta obra hasta cantada por un coro... Así es Bach y las maravillas que siempre nos tiene preparadas.

Efectivamente, así es Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. El maestro debió tener una buena biblioteca con sus lecturas favoritas pero, sin embargo, de ellos solo se ha conservado una Biblia alemana en tres volúmenes, editada por Abraham Calov y publicada en 1681-1682. En ella aparecen varios pasajes subrayados por el maestro (en tinta azul y roja) y, lo más importante, los propios comentarios manuscritos. Esos comentarios nos muestran cómo era la forma bachiana de entender algunos pasajes y, por tanto, su forma de entender algunas cuestiones. En el versículo 20 del capítulo 15 del libro del Éxodo se dice lo siguiente: «María, la profetisa, hermana de Aarón, tomó su pandero en la mano, y todas las mujeres salieron detrás de ella con panderos a danzar». A esta cita el maestro añadió: «Primero preludio para dos coros que fue interpretado a la gloria de Dios». El versículo 21 del capítulo 28 del primer libro de las Crónicas dice: «Están a tu disposición las clases sacerdotales y levíticas que se encuentran al servicio del templo de Dios, y además de las autoridades y del pueblo, que están plenamente a tus órdenes, también te ayudarán en esta tarea muchos profesionales que se ofrecerán voluntariamente». A él le añadió Bach: «Espléndida prueba de que, además de otras configuraciones del servicio religioso, la música también fue instituida por el Espíritu Santo por medio de David».

La maravilla que nos tiene preparada hoy es la Fuga en sol menor, BWV 578; tradicionalmente se conoce como la «pequeña fuga». Ello se debe no a su menor importancia sino por distinguirla de la BWV 542, llamada «grande». Probablemente fue compuesta entre 1703 y 1707, cuando era un joven organista en Arnstadt. El sujeto está formado por cuatro compases y medio y es una de las melodías de Bach más reconocida. En este caso, el pedal está en las mismas condiciones que las otras voces, lo que la hace técnicamente difícil. Bach hace uso de una técnica introducida por Corelli: la imitación entre dos voces dentro de una octava evolucionando por cuartas, ascendente y luego descendente. En compás 33 (a mitad justo de la pieza) Bach presenta el sujeto en una tonalidad fuera de la relación tónica-dominante. Una muestra más del dominio armónico y contrapuntítico tan fuera de serie de Bach

La partitura de la pieza puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Ton Koopman al órgano Silbermann (1714) de la catedral de Friburgo en Alemania.

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