Bach, fuga BWV 578

¡Feliz domingo! También en la Cuaresma, durante todos los domingos, tendremos presente a Bach. Es curioso cómo algunas de sus obras se han impuesto en el repertorio de una forma casi inexplicable. Pasa con la obra de hoy. De acuerdo que tiene una calidad suprema pero no es de sus grandes composiciones, esos magnos preludios y fuga o corales. Sin embargo, yo he escuchado esta obra hasta cantada por un coro... Así es Bach y las maravillas que siempre nos tiene preparadas.

La maravilla que nos tiene preparada hoy es la Fuga en sol menor, BWV 578; tradicionalmente se conoce como la «pequeña fuga». Ello se debe no a su menor importancia sino por distinguirla de la BWV 542, llamada «grande». Probablemente fue compuesta entre 1703 y 1707, cuando era un joven organista en Arnstadt. El sujeto está formado por cuatro compases y medio y es una de las melodías de Bach más reconocida. En este caso, el pedal está en las mismas condiciones que las otras voces, lo que la hace técnicamente difícil. Bach hace uso de una técnica introducida por Corelli: la imitación entre dos voces dentro de una octava evolucionando por cuartas, ascendente y luego descendente. En compás 33 (a mitad justo de la pieza) Bach presenta el sujeto en una tonalidad fuera de la relación tónica-dominante. Una muestra más del dominio armónico y contrapuntítico tan fuera de serie de Bach
La partitura de la pieza puedes descargarla aquí.
La interpretación es de Ton Koopman al órgano Silbermann (1714) de la catedral de Friburgo en Alemania.