Bach, preludio y fuga BWV 536
¡Feliz domingo! ¡Seguimos avanzando por esa caja de bombones que es la formada por las piezas para órgano del maestro! Son su gran especialidad, puesto que era organista profesional y eso se nota perfectamente. No sé lo que estará pareciendo la serie de piezas pero poco a poco vamos disfrutando de cada una como se merece, lentamente, paladeándola, saboreándola. Muchas de las piezas las componía para consumo propio o como piezas pedagógicas para sus hijos. ¿Te imaginas a Bach sentado a los teclados? ¡Debía ser algo impresionante!
¿Qué nos propone hoy Bach? (Muchas preguntas me están saliendo...). Su Preludio y fuga en La Mayor, BWV 536. No se trata de sus obras para órgano más conocidas. Al contrario que en otras piezas, el preludio es breve (solo 32 compases) y se abre con figuras en arpegio al estilo de Buxtehude. Este motivo inicial será también final y entre ellos aparece motivos de danza y distintos diálogos entre las cuatro voces. La fuga está construida sobre un ostinato pero que también conserva ese motivo de danta general. Aparecen numerosos "stretti" que aligeran la textura de la pieza, que termina con el sujeto en el pedal con un acompañamiento en síncopa en la soprano. Todo un prodigio de arte.
La partitura de la pieza puedes descargarla aquí.
La interpretación es de Ton Koopman al órgano Schnitger de la Martinikerk de Groningen (Holanda).