Bach, preludio y fuga BWV 543



¡Feliz domingo! Ya estamos hechos a que sea Bach el que ponga punto final nuestra semana. Según el orden del catálogo BWV que llevamos, estamos disfrutando de las grandiosas piezas para órgano, que tan características son en su catálogo y que podemos decir que tan famoso hicieron y hacen a Bach. En su época no era reconocido como gran compositor sino como un extraordinario organista. El Bach siempre asociado con la composición era su hijo Carl Philipp Emanuel.

Pero hoy nos centraremos en el padre, Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Hay cierta controversia sobre cómo tocaba Bach el órgano, sobre todo su técnica al pedal y si usaba o no los talones. Es cierto que en esa época los pedales eran estrechos e incluso cortos, lo que obligaba a un uso más intensivo de las puntas de los pies. La técnica organística del norte de Alemania fue evolucionando mucho, y también en cuanto al pedal, así que es de esperar que se construyesen poco a poco instrumentos con pedales más evolucionado en los que se pudiesen usar los talones. Es más, se conservan órganos, como el de Naumburg, construido por Hildebrandt y diseñado por le propio Bach, en el que es perfectamente posible tocar sin problemas usando los talones. En fin, como puedes ver, la cuestión no está nada claro y da pie apasionantes estudios.

Para órgano es este Preludio y Fuga en la menor, BWV 543, llamado habitualmente «Grande». Esta obra fue probablemente compuesta durante sus años como organista del duque de Saxe-Weimar (1708-1717). El preludio es espectacular, con un motivo cromático y poderoso, que se hace casi temible cuando llega a los pedales. La fuga tiene también un sujeto de lo más excitante, y también uno de los más difíciles de él. Cuanto termina se produce un pasaje virtuoso que casi es una descarga eléctrica. Hay quien ha visto en esta obra rastros de una época anterior a Bach, influida por el estilo noralemán.

La partitura de la pieza puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Ton Koopman al órgano Müller de Jacobijnerkerk de Leeuwarden (Holanda).

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