Bach, suite para violín BWV 1025

Bach, suite BWV 1025

¡Feliz domingo! Terminemos el mes de enero (casi) escuchando la música de Bach, que por otra parte es adecuada para cualquier momento. Aún estamos con las piezas para violín y continuo que no son tan conocidas pero que siempre nos guardan algunas sorpresas.

Tumba de Bach

Vamos pues con la obra de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Las celebraciones del Viernes Santo se habían convertido recientemente en todo un acontecimiento en Leipzig y Bach pudo poner su granito de arena con su Pasión de 1724. Con su música rediseñó la imagen que se tenía del oficio y su proyección en años venideros; los cambios, por tanto, fueron muy sustanciales. Todavía en 1725 dichas modificaciones fueron aún más evidentes y quizá su intención fue adaptar la Pasión Según San Juan al ciclo de cantatas corales de ese año. Bach no dejaba nada al azar y aún menos en cuanto a lo relacionado con la música. Su intención era impactar de forma radical en la arquitectura de la música y solamente presentar una mea novedad que se quedase ahí.

Disfrutemos de la Suite para violín y continuo en la mayor, BWV 1025. Actualmente se sabe que es un arreglo para violín de una sonata para laúd del alemán Sylvius Leopold Weiss. Bach arregló para teclado la parte del laúd y le añadió el violín. En cualquier caso, la génesis de la composición es algo intrincada. Está dividida en siete movimientos, de forma que prácticamente la Fantasía inicial tiene un sabor intensamente bachiano. La Courante presenta una animada melodía del violín, como necesita esa danza. La Entrée pone un toque más reposado. El Rondeau nos hace bailar de nuevo. La Sarabande trae unos aires serenos y viene luego el Menuet coronado por un Allegro final.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Gli Incogniti dirigido por Amandine Beyer.

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