Te Deum

Te Deum, Hummel

¡Feliz martes! Hoy termina el mes de agosto y ya es tradicional que yo aquí traiga un Te Deum para terminar este mes y darle gracias a Dios por la temporada de verano que termina. Habrá quien continúe o quien lo empiece ahora. Puesto que para mí terminan las vacaciones sí me gustaría darle gracias a Dios por el descanso y lo vivido estos días, de la forma que sea.

J. N. Hummel

De la música de hoy se encarga Johann Nepomuk Hummel (1778-1837), compositor austrohúngaro nacido en Bratislava. Destacó sobre todo por su música para piano aunque poco a poco se va interpretando más la de otro géneros. Con cinco años era capaz de tocar el violín con soltura pero decidió enfocarse en el piano, y con seis ya lo dominaba. Estudió en Viena con Mozart e incluso Clementi llegó a darle clases particulares. En 1793 comenzó a estudiar con Albrechtsberger y, un poco cansado de conciertos, se dedicó a componer y a dar clases. En 1804 fue nombrado concertmaster del príncipe Esterházy, por lo que también tuvo que componer música religiosa. Fue despedido y volvió a Viena donde cosechó un triunfo detrás de otro.

Disfrutemos de su Te Deum; fue compuesto en 1805 y parece ser que pudo ser compuesto para un tratado de paz, aunque puede que incluso ni siquiera fuese interpretado. Hummel, en contra de la costumbre vienesa, va reintroduciendo cortas frases que parecen preludiar lo que Beethoven haría después. La orquestación es bastante brillante y la escritura coral es fluida y muy creativa. Contiene momentos llenos de emoción a la vez que otro son especialmente alegres. Un perfecto punto final para este mes de agosto en el que le damos gracias a Dios con el himno por excelencia para ello.

La interpretación es de Patricia Wright (soprano), Zan McKendree-Wright (alto), Patrick Power (tenor), David Griffiths (bajo), TOWER Voices New Zealand y la Orquesta Sinfónica de Nueva Zelanda dirigida por Uwe Grodd.

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