Con esas conocidas palabras, las de la salve de toda la vida, da comienzo a nuestra obra de hoy. Proviene de un compositor contemporáneo (vive todavía), pero que todas sus obras corales tienen una gran calidad, y una unción especial. Son favoritas de los coros (y tampoco son obras fáciles de interpretar). Estoy convencido que la obra de hoy te va a gustar.

Hoy te presento a Morten Lauridsen (nacido en 1943). Es un compositor estadounidense (nacido en Colfax), pero de parientes ascendientes daneses. Ha sido profesor de compositor en una universidad de California durante 30 años. Además ha sido director de coros. Compone en una residencia apartada en el archipiélago de San Juan, en el estado de Washington.

Las obras de Lauridsen llevan siendo favoritas de los coros durante cierto tiempo. En las composiciones de Lauridsen se aprecia una influencia del canto gregoriano, pero también digamos que una música de tintes místicos. De hecho, hay quien dice que es el único compositor norteamericano cuya música puede mística. Es muy tranquila, sosegada, meditativa, y eso se aprecia nada más oírla.

Seguro que en esta pieza puedes comprobarlo. Se trata de su Ave Maria, compuesto en 1997. Las disonancias están puestas con tal gusto que tienen un efecto arrebatador. La súplica a la Virgen, reflejado en el canto mariano por excelencia, no puede ser más directa, pero a la vez más humilde.

Aquí tienes esta pieza interpretada por el conjunto Los Angeles Master Chorale del que Lauridsen fue compositor residente entre 1994 y 2001.