Doy gracias al Señor

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¡Feliz miércoles! La música de hoy salió del arte de uno de nuestros compositores que, desgraciadamente, conocido por una obra para teclado, muy grabada y muy interpretada. No es la que nosotros vamos a disfrutar hoy; así aumentamos nuestro conocimiento.

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Se trata del padre Antonio Soler (1729-1783), compositor español nacido en la localidad gerundense de Olot. Era compositor, teórico musical, organista y maestro de capilla. Su padre era músico de una banda y es muy posible que de él recibiera su primera instrucción musical. Ingresó en la escolanía de Montserrat y allí estuvo unos diez años. En la abadía estudió solfeo y órgano, profundizando en las obras de José Elías, organista muy afamado en su tiempo. De él se afirmaba: «Y salió tan adelantado que hizo oposición en dos catedrales al magisterio de capilla, y logró el de la Santa Iglesia de Lérida, hallándose nuestro ilustrísimo señor don Fray Sebastián de Victoria, obispo de Urgel, prior que había sido en este real monasterio de San Lorenzo». A pesar de todo, no se ha encontrado documento indicando que ocupase ese puesto.

Escucharemos su salmo Confitebor tibi Domine. Es una composición a cuatro voces y ya vemos cómo Soler mira hacia el barroco. La obra está marcada como un ofertorio para el Domingo de Pasión. Es una pieza que publicó Samuel Rubio en Tesoro Sacro Musical en 1947; precisamente fue Rubio uno de los musicólogos que nos trajo a la luz la música de Soler. Con texto del salmo 110, vamos a disfrutar de esta pequeña maravilla compuesta especialmente para estos días, previos a la Semana Santa, llena de los misterios de nuestra fe.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es del Coro de Cámara de Madrid.

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