Introduciendo la danza



¡Feliz jueves! Durante la historia de la música han existido innumerables virtuosos instrumentistas. Por ejemplo, tenemos a Bach en el órgano, a Liszt al piano, a Quantz a la flauta, a Marais a la viola de gamba, etc. Si te preguntase por algún compositor español que sea todo un virtuoso en su instrumento, ¿se te ocurre alguno? Es muy posible que el hombre que te traigo hoy se te venga a la mente. Es una de nuestras glorias, escribiendo y tocando, un verdadero virtuoso donde los haya habido.

Efectivamente, es posible que hayas pensado en Pablo de Sarasate (1844-1908), compositor español, navarro, nacido en Pamplona. Con cinco años empezó a tocar el violín y se le daba tan sumamente bien que con ocho dio su primer concierto. Fue enviado a estudiar a Madrid y allí lo escuchó y deleitó a la reina Isabel II. Pasó a estudiar en París con doce años. Allí consiguió graduarse con los máximos honores cosa que no había conseguido ningún español. Bernard Shaw dijo que había muchos compositores que escribieron música para el violín pero pocos música de violín, entre los que se contaban Sarasate. Muchas de esas piezas fueron escritas para sí mismo y mostrar sus talentos, pero han quedado como piezas bellamente compuestas. Muchos compositores escribieron obras para él y su arte tocando violín, entre los que están Wieniawski, Lalo, Saint-Saëns y Bruch.

Hoy te traigo su Introducción y Tarantela, op. 43. En esta pieza Sarasate quiso inmortalizar la famosa danza italiana con una pieza que es todo un prodigio de técnica y que requiere un violinista casi celestial. La introducción lleva el tempo de «moderato» y está formada por una de esas melodías que te van arrastrando. Sarasate la escribió con especial mimo y la dotó de una belleza muy brillante. Pero luego llega la tarantela, marcada como «allegro vivo». Está compuesta en un feroz 6/8, que es una continua puesta a prueba de la digitación del violinista. La danza cabalga de forma poderosa en una suerte de virtuosismo lleno de belleza. Sarasate no solo era el mejor violinista de su tiempo sino un gran compositor, queda comprobado.

La partitura de la pieza puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Jascha Heifetz y la Orquesta Bell Telephone Hour.

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