Misa en mi menor



Vamos a disfrutar hoy de una misa intensa y romántica, como es la música del maestro de hoy. Sus sinfonías, que son las obras más conocidas de él, son verdaderas catedrales sonoras. La obra de hoy también es un verdadero monumento que seguro te maravillará. Para este martes de canícula veraniega, la impresionante y profunda música de hoy será algo, por qué no, refrescante.

Lo mismo has descubierto que te hablo de Anton Bruckner (1824-1896), maestro austríaco nacido en Ansfelden. Empezó a componer seriamente a los 37 años. Trabajó como organista en Linz antes de trasladarse a Viena para enseñar armonía, contrapunto y órgano en su conservatorio. Tuvo diverso éxito con sus composiciones y partituras ya que muchas las estaba continuamente revisando, con lo que esto daba verdaderos quebraderos de cabeza para los editores. Continuó con la tradición sinfónica austro-alemana pero de una forma aún más intensa. Su labor como organista se ve reflejada en sus partituras, al igual que su tendencia a la improvisación a los teclados, que también de alguna forma se plasma en sus obras.

Esa novedad de lenguaje se ve algo tamizada en esta Misa nº 2 en mi menor que te traigo hoy. Su estilo tiende al neoclasicismo. Para que compruebes lo que te he dicho de las revisiones continuas de sus obras: Bruckner compuso la misa en 1866 y la revisó en 1876, 1882 y 1899. Fue escrita por encargo del arzobispo de Linz y Bruckner quiso tener como referencia el neoclasicismo a la hora de componerla. Junto con otras obras, forma parte de las llamadas "misas tempranas". El maestro usó mucho el canto llano en esta obra que se aleja de las grandes sinfonías. Usa fugas, un contrapunto claro y conseguido, y otros elementos de la tradición polifónica más clásica. ¡Espero que la disfrutes!

La partitura de la obra puedes conseguirla aquí.

La interpretación es de Gächinger Kantorei y Bach-Collegium Stuttgart dirigidos por Helmuth Rilling..

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