El Sábado Santo suele ser el día en el que, mientras se espera la resurrección de Jesús, se contempla el misterio de la Virgen llorando sola al pie de la cruz, por la muerte de su hijo. Un día muy indicado para escuchar un Stabat Mater. Hoy voy a intentar hacerte más agradable este día con uno que es una maravilla. ¿Me acompañas?
No sé si me has notado (o te he dicho) que me apasiona la música barroca francesa. Y creo que no es la primera vez que te traigo a Marc-Antoine Charpentier (1643-1704), nacido en (o cerca de) París. Gracias a los jesuitas recibió una muy buena educación. Los propios jesuitas le encargaron varias obras, así como otros conventos.
Uno de ellos es el de Port-Royal, en el barrio de Saint-Jacques y que en 1668 había roto definitivamente sus lazos con el jansenismo. Para el convento de Port-Royal compuso muchas obras, entre otras las de hoy. Se trata del Stabat Mater pour des religieuses, H.15. El "Stabat Mater" es una de las raras secuencias que sobrevivieron a la reestructuración impuesta por el Concilio de Trento. En este, vemos cómo sobre una base de bajo continuo Charpentier alterna solistas y coro pero de una forma sencilla. Ello es debido a que fue compuesto para las monjas (esas son las religiosas a las que se refiere el título) de Port-Royal, que no eran profesionales de la música. Charpentier lo ideó con unas líneas sencillas pero a la vez muy conmovedoras, sobre todo por esa sencillez, que no simpleza, solo con la maestría que Charpentier sabía imprimir a sus obras.
Aquí tienes esta obra interpretada por Le Concert des Nations dirigido por Jordi Savall. ¡Que lo disfrutes!