Música para un príncipe

¡Feliz martes! Obviamente, los príncipes y reyes han sido los grandes patrones de la música, por lo que se ha compuesto una gran cantidad de música para ellos, tanto de forma directa como indirecta. En compositor de hoy era todo un artista en estas cosas.

Se trata de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), compositor austríaco nacido el Salzburgo. «Un fenómeno como Mozart es una cosa inexplicable» (Goethe). «Mozart es el más inaccesible de los grandes maestros» (Arthur Schnabel). «¿No parece que las obras de Mozart son cada vez más frescas a medida que más las escuchamos?» (Schumann). «Mozart abarca todo el dominio de la creación musical, pero yo solo tengo un teclado en mi pobre cabeza» (Chopin). «Lo que dota a Bach y a Mozart de un lugar aparte es que estos dos grandes compositores nunca sacrificaron la forma por la expresión. Todo lo elevado que su expresión puede elevarse, su forma musical permanece eficiente y suprema» (Saint-Saëns). «Mozart alcanzó el más tremendo genio sobre todos maestros, en todos los siglos y en todas las artes» (Wagner).
Escuchemos sus Siete variaciones sobre «Guillermo de Nassau», K. 25. Es una obra temprana, que compuso con solamente diez añitos. Pasó con su familia el invierno en los Países Bajos y parece ser que por entonces era muy popular el tema sobre el que se basa la obra. Seguro que a Mozart le atrajo sus posibilidades y completó esa serie de variaciones. El tema se presenta de una forma bastante mozartiana (algo obvio, pero que se entenderá escuchándolo). La primera variación se dedica a embellecer la melodía y las obras presentan más garra sin que para nada se pierda ese estilo suyo, tan lleno de color y de sentido del humor. La cuarta es todo un reto para el pianista y la quinta es lenta para dar contraste. Las dos siguientes de nuevo retoman el ritmo y ponen un final redondo.
La partitura de la pieza puede descargarse aquí.
La interpretación es de Ingrid Haebler al piano.