Música para soñar



¡Feliz martes! Te propongo hoy una música compuesta especialmente para que nuestras ensoñaciones afloren. Ciertamente, todas las obras quizá han sido compuestas para ello, algunas para sueños épicos, otras para románticos, bélicos, religiosos, etc. La de hoy no sé muy bien para qué tipo, probablemente tiernos porque así es la música de hoy. Su compositora creo que ha aparecido alguna vez pero poco. Por tanto, vamos a darle otra vez la bienvenida a esta grandísima mujer.

Está con nosotros hoy Germaine Tailleferre (1892-1983), compositora francesa nacida en Saint-Maur-des-Fossés. En Francia, tras la Primera Guerra Mundial, se creó un importantísimo grupo de compositores llamado «Les Six»; Tailleferre era la única mujer presente en ese grupo. Cuando este se desintegró su obra siguió siendo muy relevante y amplia. Cuando estudiaba en el conservatorio de París se encontró con Auric, Milhaud y Honegger y ahí comenzó la aventura, adoptando una estética similar a la de Satie y bajo los auspicios de Cocteau. Nuestra Tailleferrey, junto con Durey y Poulenc y los tres anteriores formaron el grupo anteriormente citado. Su música nunca abandonó la voz francesa que procedía de Fauré y Ravel y sus obras pueden calificarse como quintaesencialmente francesas en cuanto a su uso del modernismo. Luego intentó investigar algo las técnicas seriales pero no estaba contenta con esa estética. Tailleferre es una compositora cuya música creo que no es todo lo apreciada que debiera, porque es de calidad. de mucha calidad.

Como muestra el botón de este Rêverie, obra compuesta en 1964 para piano. La compositora dirige su mirada a otro gran compatriota: Claude Debussy ya que las armonías y el ambiente nos recuerda a él. El impresionismo al que acude Tailleferre es muy bello y contenido, suave y con una pieza que consigue hacernos soñar, como dice su título. Es más, la compositora usó el segundo movimiento de «Hommage à Rameau» de Debussy para componer esta obra. La delicia que consigue esta mujer con sus notas es especialmente emocionante.

La interpretación es de Cristina Ariagno al piano.

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