Oh buen Jesús



¡Feliz viernes! Hoy es la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y quisiera aportar mi granito de arena a ella con una música impresionante, de un maestro que fue muy importante en su tiempo pero que quizá no tiene todo el reconocimiento que debiera. La verdad es que me repito mucho con esto pero es una desgracia que no podamos disfrutar de grandes nombres porque han caído en el olvido o quizá porque no han sido objeto de toda nuestra atención como se debiera.



Te presento a Loyset Compère (c. 1445-1518), compositor franco-flamenco nacido en la provincia de Artois. A mediados de la década de 1470 trabajó como compositor en la capilla de Galeazzo Sforza, en Milán. Tras el asesinato de este tuvo que buscarse otro trabajo, aunque parece que no le fue fácil al principio; puede que estuviese al servicio de Juan II en Moulins. En 1486 lo vemos como cantor en la corte de Carlos VIII y allí permaneció por varios años con puestos más importantes. En 1495 está en Roma y allí aprovechó para estudiar derecho. Tres años más tarde fur nombrado capellán de St. Géry en Cambrai y luego se mudó a otros puestos. Era un compositor muy considerado en su tiempo y entre sus características está la de ser un innovador. Llevó a cabo varias técnicas nuevas a la hora de componer, técnicas que llevaría a su grado sumo posteriormente Josquin Desprez. La música de Compère que se conserva puede dividirse en dos estilos: la inspirada en el modelo borgoñón (es decir, el de Guillaume Dufay) y la que se basa en patrones seculares italianos, como la frottola o la lauda.

De este maestro vamos a escuchar su motete O bone Jesu, a cuatro voces. Para ser sincero no está totalmente claro que sea de Compère pero parece ser que sí. Se conserva en fuentes hispánicas donde aparece como obra de Peñalosa o Anchieta, y hasta Antonio Ribera. El tercer libro de «Motetes de la corona» (1519) de Petrucci sí atestigua que es de nuestro maestro. La pieza es sencilla y a la vez emocionante y se da la circunstancia de que era una de las obras más apreciadas de comienzos del XVI, siendo copiada hasta casi doscientos años después. Es tan redonda y compacta que casi ya con eso nos emociona. La polifonía está llena de imitación y de homofonía pero ello no es obstáculo para que nos llene el espíritu.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de I Buoni Antichi.

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