Reina de los Ángeles



¡Feliz jueves! Hoy, 2 de agosto, es el día de Nuestra Señora de los Ángeles por lo que ante todo quisiera felicitarte si así te llamas. Espero que pases un feliz día de tu santo. Y por ello esta semana va a haber doble ración de música mariana, ofreciéndote hoy una de ellas. La obra que te traigo es una composición poco conocida del gran maestro que la compuso, aunque mucho me temo que, para nuestra alegría, muy pocas obra suyas son desconocidas, porque todas nos maravillan.



Hoy nos acompaña Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), compositor austríaco nacido en Salzburgo. En la British Library de Londres se conserva una pequeña hoja que en su tiempo fue cogida en la tumba del compositor. Lo hizo un tal Frederick G. Edwards durante un viaje a Viena en 1890 y dicha hoja forma parte de una colección de documentos suyos que se conservan en la biblioteca. La tradición más asentada cuenta que Mozart fue enterrado en una tumba anónima y pobre sin ningún tipo de lápida. La tradición vienesa dice que fue enterrado en una fosa común a las afuera de la capital dos días después de su muerte, en una localización que no es conocida. Este hombre sentía tanta devoción por el maestro que no dudó en traerse un pequeño souvenir procedente de su tumba y así está conservada en la institución británica. Parece ser que la opinión más generalizada es que no murió de forma anónima y como un indigente sino que fue enterrado en una fosa común, sencilla, a causa de las deudas que había dejado tras su vida. Ello hizo que con el tiempo desapareciese debido a lo poco significativa que era. ¿Quién iba a decir que con el paso del tiempo se convertiría en uno de los mejores compositores de la historia?

De Mozart te ofrezco hoy sus Litaniae Lauretanae de Beata Maria Virgine, KV 109. La obra está datada en 1771 y fue compuesta para coro y orquesta. Se trata de la primera de las cuatro letanías del rosario que compuso el maestro. Tenía solo quince años cuando la compuso pero ya vemos en ella cómo su genio está casi totalmente desarrollado. El elemento más característico de la obra es quizá la profundidad y la intensa creatividad que muestra el compositor conforme avanza la obra. La obra se inicia con un ritmo frenético que da paso a un diálogo entre soprano y alto. El ambiente se calma con el agnus dei, y se va haciendo más sombría aún con las palabras «miserere nobis». El modo menor de la composición y las cadencias algo dolientes dotan a la obra de un ambiente de súplica especialmente destacable, lleno de emoción.

La partitura de la obra puedes conseguirla aquí.

La interpretación es del Rundfunkchor y la Rundfunk-Sinfonie-Orchester de Leipzig dirigidos por Herbert Kegel.

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