Reina del cielo, alégrate

¡Feliz sábado! Estrictamente hablando, hoy sería la última oportunidad que se le podría decir a la Virgen esta antífona puesto que el tiempo litúrgico termina mañana, solemnidad de Pentecostés. Aunque vendrán más, vamos a hacerlo como se merece.

Creo que alguna vez ha aparecido por aquí Vicente Lusitano (¿?-1553), compositor portugués nacido en Olivenza. Era también un teórico musical y parece ser que era el primer compositor negro cuya música fue publicada; eso en su tiempo, porque actualmente se van descubriendo sus obras con cuentagotas. Parece ser que ese nombre se lo puso él mismo cuando viajó a Italia y también era conocido como Vicente de Olivença. Fue ordenado sacerdote y quizá viajó a tierras italianas como acompañante del embajador portugués. Enseñó música en Padua y Viterbo y poco a poco fueron apareciendo sus obras, principalmente composiciones religiosas y madrigales. Por ese tiempo, se enzarzó en una discusión teórica con Nicola Vicentino, cosa que le granjeó algún que otro enemigo.
Disfrutemos de su Regina Caeli. Es una composición a cinco voces publicada en 1555 en su Liber primus epigramatum. Se dice que esta pieza pudo ser la gota que colmó el vaso a la hora de la disputa con Vicentino (según lo comenta Baini). Se basa claramente en el canto llano de la antífona mariana y utiliza el modo VI gregoriano para esta obra que se utiliza en la hora de completas. Justo ese canto llano aparece en la voz más aguda, mientras que las otras cantan en imitación. Introduce el compositor ciertos acordes de forma sorprendente y Lusitano se las arregla para que las voces siempre estén ocupadas, evitando las pausas al estilo de Gombert.
La partitura de la pieza puede descargarse aquí.
La interpretación es del Coro de San Andrés y San Pablo.