Sonatas del Rosario (Gozosos - 3)



Viernes, es decir, hoy toca otra de las sonatas del rosario de Biber. Esas sonatas tan características compuestas en el barroco y que para muchos intérpretes constituyen una meta, o por lo menos un horizonte. Digo esto porque no están al alcance de cualquiera. Son altamente exigentes en cuanto a la técnica, de ahí que tampoco se interpreten mucho...

Heinrich Ignaz Franz Biber von Biber (1644-1704) era, como creo que te he dicho, un compositor bohemio que nació en la pequeña localidad de Stráž pod Ralskem. Era una persona que se ganaba la vida con la música aunque no componiendo para mecenas como otros sino dando conciertos de violín, seguramente con otras propias y de otros. Pero a la vez componía. Como intérprete tenía una técnica totalmente prodigiosa y envidiable por sus contemporáneos. Alcanzaba posiciones difíciles y también en su haber está el componer una de las primeras obras que se conocen para violín solo (ya te la ofreceré).

Seguimos con las Sonatas del Rosario. Cada sonata en el manuscrito original está encabezada por un pequeño grabado que muestra el misterio que se va a contemplar. Porque, efectivamente, se trata de verdaderas contemplaciones, meditaciones musicales de la más alta calidad. Interpretadas tras cada misterio, seguro que servía de perfecta conclusión del rezo del mismo. Y seguro que los asistentes comprendían perfectamente el sentido de cada sonata conclusiva.

Hoy te traigo la correspondiente al Tercer Misterio Gozoso: La Natividad del Señor. En ella, el violín usa la siguiente scordatura: Si bemol-Fa sostenido-Si bemol-Re, y su estructura es Primera parte-Courente-Adagio. Su tonalidad es la si bemol menor.

Aunque pueda pensarse que en ella se va a encontrar la alegría de las fiestas navideñas, ese tono menor la dota de un aspecto melancólico y meditativo. Esto es debido a la visión antigua (y no tan antiguo según las letras de algunos villancicos) de que en Niño Jesús nace para morir, para ser sacrificado por nuestros pecados. Esta interpretación queda corroborada debido a que el propio Biber, en el adagio final de esta sonata hace una cita de otra sonata, la de la crucifixión.

Aquí tienes esta sonata interpretada por Musica Antiqua Russica con Vladimir Shulyakovskiy al violín.

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