Ten piedad de mí, Señor

¡Feliz Lunes Santo! El miserere es uno de los textos más recitados durante la Semana Santa. Es en realidad el salmo 50, propio de este momento de especial intensidad y de profunda meditación de los misterios de estos días. Obviamente, también es un texto protagonista en muchísimos compositores.

Creo que nunca había aparecido por aquí Alonso de Tejeda (1540-1628), compositor español nacido en Zamora. Tomó el apellido materno para proclamar su origen noble, siendo nieto del secretario del Consejo Real de Carlos V. Se formó en la catedral de Zamora y en 1572 ocupó el cargo de maestro de capilla de Calahorra. Luego Pasó a Ciudad Rodrigo, en 1591 de León donde permaneció durante dos años para pasar luego a Salamanca, momento en el que estaba con él de organista Bernardo Clavijo del Castillo, catedrático en la universidad. No terminó ahí sus días puesto que en 1604 alcanzó el magisterio en Toledo por renuncia de Alonso Lobo. Su peregrinaje lo llevó más adelante a Burgos, con una estancia no sin conflictos. Se dice que algunos cantores estaban descontento con él y cantaban mal a propósito para que sus piezas no lucieran como debían.
Escuchemos su Miserere mei Deus. Es sin duda una obra de carácter quejumbroso, como no podía ser menos, a la que Tejeda responde con una música llena de emoción. El texto no es usado de forma completa sino solamente en sus dos primeros versículos. A pesar de ese carácter penitencial del salmo, la polifonía del Zamorano está llena de alegría contenida y de una luz especialmente bella. La polifonía es transparente y presenta unos sonidos que nos recuerdan a Victoria, de quien Tejeda era un profundo admirador.
La interpretación es del Ensemble Plus Ultra dirigido por Michael Noone.