¡Qué alegría cuando me dijeron!

¡Feliz martes! Tras lo impresionados que nos quedamos con la sinfonía de Charles Ives de ayer hoy no se va a queda atrás. El ingrediente principal es una obra que durará muy poco, casi en un suspiro, pero que tiene toda la fuerza y el encanto que normalmente asociaríamos al compositor de hoy. Es muy famoso por sus conciertos y otra música orquestal pero en la vocal también demostró siempre que era uno de los mejores compositores de su época. ¿Te apetece?

De este fuera de serie vamos a disfrutar hoy su Laetatus sum, RV 607. Es un himno en estilo estrófico de carácter breve de forma que las estrofas 1-3, 4-6 y 7-9 tienen la misma música. Solo se amplía el esquema con la doxología final. Este obra de hoy no puede calificarse entre las más grandiosas de Vivaldi pero merece la pena disfrutar de ese coro rodeado de unos furiosos violines. Habría sido impresionante asistir a unas vísperas en las que fuese interpretado este salmo, aunque debido a ello podemos apreciar la función de esta pieza, destinada a encajar en algunos servicios ordinarios de algún templo veneciano. Ese microclima que desde el principio sabía crear el compositor en sus obras lo apreciamos aquí sin género de dudas. Una verdadera maravilla.
La partitura de la composición puedes conseguirla aquí.
La interpretación es de The San Francisco Girls Chorus & Voices of Music.