¡Qué alegría cuando me dijeron!



¡Feliz martes! Tras lo impresionados que nos quedamos con la sinfonía de Charles Ives de ayer hoy no se va a queda atrás. El ingrediente principal es una obra que durará muy poco, casi en un suspiro, pero que tiene toda la fuerza y el encanto que normalmente asociaríamos al compositor de hoy. Es muy famoso por sus conciertos y otra música orquestal pero en la vocal también demostró siempre que era uno de los mejores compositores de su época. ¿Te apetece?



Pues te traigo un bombón de Antonio Vivaldi (1678-1741), compositor italiano nacido el Venecia. Desde su más tierna infancia sufría de algún tipo de opresión en el pecho que le impedía respirar como es debido. Quizá fuese asma porque no tenía ningún tipo de impedimento cuando permanecía de pie tocando el violín, siendo como era uno de los más extraordinarios violinistas de su época. Esos problemas se reflejaron en su música ya que el impedimento que podía mostrar a la hora de hablar o respirar lo compensó con otras de un ritmo vital que a veces casi es imposible de seguir. Esa tara sí se reflejó en una de sus actividades obligatorias como sacerdote: la celebración de la eucaristía. Tuvo que ser dispensado de presidirla ya que continuamente se ahogaba y tenía que dejar el altar para tomarse un respiro, Hoy día nos venimos abajo por cualquier cuestión sin importancia y los maestros antiguos no se arredraban por nada. Aquí vemos un verdadero ejemplo de superación Con esos problemas de salud, Vivaldi se creció y llegó a convertirse en el compositor barroco más importante junto con J. S. Bach y G. F. Handel.

De este fuera de serie vamos a disfrutar hoy su Laetatus sum, RV 607. Es un himno en estilo estrófico de carácter breve de forma que las estrofas 1-3, 4-6 y 7-9 tienen la misma música. Solo se amplía el esquema con la doxología final. Este obra de hoy no puede calificarse entre las más grandiosas de Vivaldi pero merece la pena disfrutar de ese coro rodeado de unos furiosos violines. Habría sido impresionante asistir a unas vísperas en las que fuese interpretado este salmo, aunque debido a ello podemos apreciar la función de esta pieza, destinada a encajar en algunos servicios ordinarios de algún templo veneciano. Ese microclima que desde el principio sabía crear el compositor en sus obras lo apreciamos aquí sin género de dudas. Una verdadera maravilla.

La partitura de la composición puedes conseguirla aquí.

La interpretación es de The San Francisco Girls Chorus & Voices of Music.

Volver arriba