¡Feliz martes! Espero que la semana vaya avanzando bien y sin contratiempos. Hoy nos toca música de nuestro patrimonio. Posiblemente, si hay algún arte que sea desconocida en España esta sea la música (y no es la única, por supuesto). Nuestra tradición es muy poco apreciada y los compositores actuales tampoco es que sean muy reconocidos. En mi modesto poder hacer, espero paliar algo eso desde este humilde blog.

Y por ello hoy he decidido traerte música de José Ximénez (c1600-1672), maestro español, zaragozano, nacido en Tudela. Casi con toda seguridad fue discípulo de Sebastián Aguilera de Heredia en Zaragoza y en 1620 se convirtió en su asistente a los teclados del órgano de la seo zaragozana. Unos siete u ocho años más tarde lo sucedió en el puesto. En ese puesto estuvo 45 años hasta su muerte y casi pudo igualar a su mítico maestro. Era tan bueno al órgano que le fue ofrecido un puesto en la Capilla Real de Madrid pero lo rechazó para permanecer en Zaragoza. Si Ximénez fue contratado a dedo por Aguilera de Heredia (algo que fue aceptado debido a la fama de este) él pudo nombrar a su sucesor, que recayó en su sobrino Andrés de Sola, otro maestro de renombre. Sus obras son de una gran calidad y solo se conservan de él ocho tientos, dos batallas, unas folias, una gaytilla y once himnos y salmos, todas para órgano.

Precisamente te traigo hoy una batalla, concretamente su Batalla de Sexto Tono. Con este género se quiere hacer referencia a una obra que explora los registros más potentes del órgano, entre los que están los clarines, las trompetas, etc. Suele haber cambios de ritmos y de potencia y, en el fondo, imitan o tienen como modelo la famosa "Batalla de Marignano" de Clement Janequin. Ximénez escribe en esta obra fragmentos más imitativos y otros más paralelos. Se abre a modo de tiento lleno pero inmediatamente las chirimías van adquiriendo protagonismo. Una obra que nos muestra las potencia y las maravillas de nuestro órgano ibérico.

La partitura de esta obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de José Luis González Uriol al órgano de la Catedral del Salvador de Zaragoza.