¡Qué deliciosas son tus moradas!



Este es el conocido texto del salmo 84 que hoy servirá de base a nuestra música. Una música sencilla, pegadiza, bella. Cuando un compositor tiene algo que decir puede transmitirlo con grandes efectivos o con pequeños. Si es un maestro lo hará exitosamente como sea. En el caso de hoy, este maestro opta por el coro en su estado más puro.

Hoy quiero hablarte de Hubert Parry (1848-1918), maestro británico nacido en Bournemouth. Fue un erudito y un profesor reconocido. Gozaba de una personalidad de lo más atrayente y, junto con su posición social, tuvo una gran influencia a la hora de revitalizar la vida musical inglesa de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Consiguió hacer esto en un época en la que los estándares de composición británicos no tenían una gran definición. Su música influyó en la de otros compositores como en Elgar, Vaughan Williams, Holst, Bridge o Ireland. Charles Villiers Stanford dijo que era el compositor británico de mejor calidad después de Purcell, aunque otros como Frederick Delius no estaban de acuerd con esa afirmación. Parry era un músico que no dejaba indiferente a nadie y su música tiene un atractivo que aún hoy conserva en todo su esplendor.

Una de las obras corales de Parry es O How Amiable are Thy Dwellings, es decir, "¡Qué deliciosas son tus moradas!" y, como dije al principio, se trata del salmo 84. Como puedes ver, la obra es homofónica con algunas variaciones y sutilezas armónicas, especialmente compuesta para que la congregación acompañe al coro y al órgano. La música de Parry es típicamente anglicana, pensada para sus ceremonias y desde los primeros compases puede apreciarse ese ambiente. La obra es un "anthem" (un himno) que Parry compuso para la dedicación de un templo, sin mucha complicación pero con mucha unción, llevándonos directamente a Dios.

La interpretación que te traigo es la del conocido Coro del King's College de Cambridge dirigido por David Willcocks.

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