La guerra camuflada

¡Feliz martes! No vamos a hablar de consecuencias (catastróficas se mire por donde se mire) de la guerra. Aquí escuchamos música y vamos a disfrutar de una impresionante que nos habla de cuando algo aparentemente es bueno pero es en realidad un terremoto.

Antes, el compositor, que hoy es George Frideric Handel (1685-1759), compositor inglés de nacimiento alemán en Halle. Al contrario que Bach, Handel no perteneció a una familia de músicos. Su padre era un cirujano-barbero y para nada quería que su hijo se dedicase a la música y constantemente estaba disuadiéndolo. Empezó a estudiar derecho en 1703 pero pronto se dio cuenta que nada podía acallar sus ganas de ser músico; un año más tarde empezó a recibir lecciones de órgano y él mismo empezó a componer. Llegó un momento en que decidió hacer carrera en Inglaterra y le fue tan bien que allí se quedó, llegando incluso a ser compositor de la Capilla Real. A pesar de que las óperas estaban en declive en Londres se dedicó a componerlas de una forma intensa, y tuvo un gran éxito.
Una de esas es Deidamía, HWV 42. Se trata de su última ópera, compuesta en 1740 y que solo se interpretó tres veces. Aquiles se disfrazó como una chica en la corte de Licomede para evitar ir a Troya. En el acto segundo, en la escena quinta, hay un coro que se titula Della guerra la caccia ha sembianza. Nos habla de cómo la caza se ha disfrazado de guerra y el coraje, el esfuerzo y la perseverancia están muy presentes. Una poderosa obra que tiene todo el estilo de Handel y en la que apreciamos ya esas notas maduras de un experimentado maestro que no se resignaba a que el género de la ópera desapareciese para siempre.
La interpretación es de Il Complesso Barocco dirigido por Alan Curtis.