La oración del torero



El título lo dice todo, todo sobre la obra y todo sobre su autor ya que quizá es la obra más conocida del mismo. No se trata ni mucho menos de una obra litúrgica, ni mucho menos religiosa pero está llena de sentimiento y devoción. El maestro es uno de nuestros compositores más grandes y es justo que hoy le hagamos este homenaje.

Habrás adivinado que se trata de Joaquín Turina (1882-1949), maestro español nacido en Sevilla. Comenzó a estudiar medicina pero pronto la abandonó para dedicarse a la música, comenzado con el piano. Su amistad con Falla marcó su carrera como compositor. Le gustaba mucho componer para piano y música de cámara a pesar de que era el género chico el que permitía a un compositor ganarse la vida en esos años. En 1905 marchó a París para seguir estudiando y lo hizo con, entre otros, Vincent d'Indy. Volvió a Madrid y en torno a 1915 era uno de los compositores más apreciados del panorama español. Turina es uno de los maestros más conocidos de la música española del siglo XX y que, en mi opinión, todavía tiene que ser reivindicado del todo y su música más escuchada.

Hoy te traiga su famosa Oración del torero, op. 34, compuesta originalmente para cuarteto de laúdes. Según cuenta el propio Turina la visualizó en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Estaba en el patio de caballos y tras una puerta entornada vio a un torero que rezaba antes de salir al coso. Le llamó la atención cómo contrastaba el silencio de la capilla con el bullicio del ruedo y los tendidos y eso pretendió reflejar en su obra. La obra es quizá la más conocida de Turina (junto con "La procesión del Rocío") y está muy conseguida. Hoy te la ofrezco en una transcripción para orquesta de cuerdas.

La interpretación es de I Musici de Montréal dirigida por Yuli Turovsky.

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