Proliferan peticiones para que se restituya 'postmortem' su sacerdocio Camilo Torres, un icono a los 50 años de su muerte

(Saturnino Rodríguez).- Esta es la imagen que de forma interesada -aunque comprensible- ciertos sectores querían presentar del sacerdote Camilo Torres como el "cura guerrillero", sin más, lo que no sería justo. Ni tampoco lo sería seguir recordándole así a los 50 años de su muerte (15 de febrero de 1966) en la sierra del departamento de Santander en Colombia.

Fue una vida de 12 años de sacerdocio al servicio de los marginados y apenas cuatro meses en la guerrilla del ELN (Ejército de Liberación Nacional), en la que no llegó ni a combatir. Guerrilla, por otro lado, que poco se parece a la actual, ahora en proceso de negociación que devolvería la paz a Colombia. Es la memoria con la que el arzobispo actual de Cali monseñor Darío Monsalve Mejía celebró una jornada el pasado 15 de noviembre de 2015 reivindicando justamente su figura real, "no interesada", preparando ya el 50º aniversario de su muerte.

La decisión extrema

Han pasado ya muchos años, los suficientes, como para que la propia Iglesia, que lógicamente no puede aceptar decisiones extremas como ésta (el cardenal Concha Córdoba le relevó entonces del ejercicio sacerdotal), se esfuerce por recordar y tomar en cuenta lo que pudo llevar al padre Camilo Torres a tomar esta decisión. Y lo ha reconocido -buen momento para hacerlo en éste año proclamado por el papa Francisco Año de la Misericordia- en la persona del actual arzobispo de Cali monseñor Darío Monsalve Mejía. Hasta el propio Ejército de Liberación Nacional (ELN) en pleno proceso de paz, solicitaba al Gobierno declarar oficialmente el lugar en que fue enterrado secretamente y a la Iglesia el que sea restituida post mortem su condición sacerdotal, de la que fue relevado. Petición que acaba de acoger el Presidente Santos ordenando la exhumación de los restos. El padre Fançois Houtart eminente teólogo y sociólogo, y profesor de Camilo en la Univ. de Lovaina intervino en el acto presidido por el arzobispo de Cali.

El arzobispo de Cali Darío Monsalve Mejía pedía en una jornada de reconciliación el 15 de noviembre pasado que se recordase a los 50 años la muerte de Camilo Torres el próximo 15 de febrero. La figura de Camilo, buscando una explicación a su extrema decisión: "La lucha que Camilo libró es la de un cristiano para transformar las injusticias sociales. Camilo veía esa desproporción tan enorme entre la gran mayoría de excluidos, y la minoría privilegiada. Y cuando él mismo fue cayendo entre los excluidos de la Iglesia Católica y estigmatizado por sus ideas, que le impidieron vivir y expresarse en la sociedad de todos los días, fue empujado a la clandestinidad, y a unirse con quienes lo acogieron". Actitud de entendimiento que es posible hoy en esa recuperación de espacios perdidos realizada por el papa Francisco en el año que él inauguró como "año jubilar de la Misericordia".

Camilo Torres, afirmaba el arzobispo de Cali: "Tiene mucho que enseñar a la Colombia que busca paz, justicia y reconciliación". Sometido hasta en sus despojos mortales al secreto de Estado, al silencio de la Iglesia y al estigma guerrillero sobre su nombre, tiene mucho que dar y enseñar. En la tarde de aquella jornada en Cali, se presentaron dos libros sobre Camilo y una serie de testimonios. Se anunciaron también dos películas, una titulada "El evangelio de Camilo" (The Gospel of Camilo) dirigida por Diego Briceño y Abraham Lifshitz que se estrenará en febrero de 2016, en la celebración del cincuenta aniversario de su muerte. Durante el concurrido acto, se agradeció también a la Universidad Católica de Lovaina por su contribución en la formación de Camilo ante el padre Francois Houtart, presente en el acto, que fue profesor de Camilo en esa universidad belga.

Este quiere ser un testimonio entrañable por cuanto le conocí directamente y traté con él en el popular barrio del Sur de Bogotá Tunjuelito que en aquellos años abarcaba también los de Abraham Lincoln, Los Chircales y Santa Librada llegando a Usme... Su trabajo de investigación en el Barrio Tunjuelito le valió el prestigioso Premio Nacional de Beneficencia Alejandro Ángel Escobar.

Una interpretación desde hoy

Visto desde hoy -no desde las circunstancias sociales de aquellos años 60- las razones como "opción cristiana" de Camilo Torres de enrolarse en la guerrilla (la guerrilla de aquellos años, no era en absoluto como la de hoy, sin que ello sirva de justificación), no se comprenden hoy tan fácilmente como entonces. Las intenciones no se pueden poner en duda a juzgar por lo que el propio Camilo Torres contestaba en una entrevista del año 1965 al cineasta francés Jean-Pierre Sergent...

Jean-Pierre Sergent preguntaba: "Padre Camilo Torres, ¿por qué abandonó usted el ejercicio del sacerdocio?". Camilo Torres contestaba: "Descubrí el cristianismo como una vida centrada totalmente en el amor al prójimo; me di cuenta que valía la pena comprometerse en este amor, en esta vida, por lo que escogí el sacerdocio para convertirme en un servidor de la humanidad (...) Para evitar todo conflicto con la disciplina eclesiástica solicité que me levantara la sujeción a sus leyes. No obstante, me considero sacerdote hasta la eternidad y entiendo que mi sacerdocio y su ejercicio se cumplen en la realización de la revolución colombiana, en el amor al prójimo y en la lucha por el bienestar de las mayorías".

Confesión coincidente de alguna forma con lo que me comentaba hace ya 50 años un obispo colombiano tras de la muerte de Camilo: "Camilo pudo estar equivocado en su decisión última de tomar las armas, pero no se puede dudar de la buena fe que empujaba sus propósitos. Jamás renunció a su sacerdocio aunque sí a ejercerlo institucionalmente". Y es precisamente esa herencia la que sigue viva...

Jorge Camilo Torres Restrepo nació en Bogotá, el 3 de febrero de 1929, en el seno de una familia acomodada (hijo del afamado médico e investigador Calixto Torres Umaña y de Isabel Restrepo Gaviria). En 1931, cuando apenas contaba dos años de edad, su padre fue nombrado representante de Colombia en la Liga de las Naciones con sede en Ginebra con lo que su primera formación fue en castellano y francés hasta el año 1934.

En 1937 tras el divorcio de sus padres, vivió en Bogotá con su madre, junto con su hermano mayor Fernando Torres Restrepo, que sería un prestigioso médico, Profesor de Neurofisiología de la Universidad de Minnesota, asentado en los Estados Unidos desde 1950.

Camilo Torres realizó los estudios primarios en el Colegio Alemán, y los de secundaria en la Quinta Mutis de Bogotá. En 1946 se graduó de bachiller en el Liceo Cervantes (de los agustinos), y tras iniciar los estudios de Derecho en la Universidad Nacional de Colombia, influenciado por las ideas sociales de dos sacerdotes franceses dominicos a quienes conoció por medio del padre de su novia, surge una firme "vocación tardía", hecho bastante frecuente en los años siguientes al final de la Segunda Guerra Mundial.

Vocación que tras una temporada de reflexión en los Llanos Orientales le llevaría a Camilo a ingresar en el Seminario mayor Conciliar de Bogotá, comenzando a interesarse por las realidades sociales. El 29 de agosto de

1954 fue ordenado sacerdote, celebrando su primera Misa en su antiguo colegio de los Agustinos. Para entender la opción extrema de Camilo Torres en aquellos 60 hay que entender el clima conciliar de renovación que se respiraba en la Iglesia tratando comprender el contexto social de la Europa emergida de la Guerra Mundial y el impacto en el ámbito intelectual y laboral en plena "guerra fría" del que podía ser un exponente el llamado "diálogo cristiano-marxista", el acercamiento al mundo laboral y marginado, "los curas obreros" en Francia, etc...

La Iglesia de América Latina exponente claro de los desequilibrios sociales será pionera en aplicar las inquietudes del Concilio y lo hará en la famosísima II Conferencia del Episcopado Latinomericano en Medellín (Colombia) 22 agosto a 3 sept 1968 que inauguraría Pablo VI en el primer viaje de un Papa a América y que traería consigo toda una secuela de compromisos eclesiales con la sociedad más pobre y al mismo tiempo cristiana como la "Teología de la Liberación" y las "Comunidades eclesiales de base" (CEB) que repercutirían en el mundo cristiano. Todo ello con el recelo de una parte de la jerarquía que alcanzaba a percibir cierto "olor marxista" y la inquietud de las propias dictaduras latinoamericanas que les llevarían a la persecución e incluso a la muerte a sacerdotes, religiosos/as, laicos y también obispos "mártires".

Difíciles momentos aquellos en una emergente y por otro lado próspera etapa en América Latina, contrastando con escandalosos desequilibrios sociales que aquella iglesia renovada del Concilio Vaticano II denunciaba proféticamente. Denuncias que les costaría por parte de regímenes dictatoriales el enfrentamiento y en algún caso incluso la muerte a sacerdotes, religosos/as y laicos e incluso obispos como Oscar Romero (El Salvador) recientemente beatificado por el papa Francisco o Enrique Angelelli y Carlos Ponce de León (Argentina), Gerardo Valencia y Raúl Zambrano (Colombia) fallecidos en sospechosos accidentes o Leónidas Proaño (Ecuador) y Juan Pepén Solimán (Rep. Dominicana).

El ilustre historiador colombiano Álvaro Tirado Mejía, decano de la Universidad Nacional de Colombia, decano también de la facultad de sociología de la Universidad Autónoma Latinoamericana y miembro del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, escribe en su obra "Los años 60. Una Revolución de la cultura" que tras la II Guerra Mundial ante el avance marxismo y comunismo, en círculos católicos y en universidades confesionales como la de Lovaina, donde hizo su postgrado de sociología Camilo Torres y donde fueron otros colombianos a estudiar, se intensificó el estudio de las ciencias sociales, sobre todo sociología, que ayudasen a conocer y transformar la sociedad. Se crearon movimientos de obreros católicos; se apoyó a los partidos social-demócratas; surgían como en Francia experiencias como la de los llamados grupos de "curas obreros" y se estimulaba el estudio de la llamada "cuestión social".

En la misma tónica se encontraba la prestigiosa Universidad Gregoriana de Roma, dirigida por los jesuitas, donde se daban tres años de teoría marxista con profesores tan ilustres como Calvez y Weter. En Colombia quien sería años después el cardenal Alfonso López Trujillo lograría el doctorado en Filosofía en la Universidad Pontificia de Sto. Tomás de Aquino (Angelicum) de Roma dirigida por los dominicos, con la tesis doctoral "La concepción del hombre en Marx, el humanismo marxista". Fue profesor del Seminario de Bogotá , dio cursos sobre la teoría marxista en la Universidad Nacional y escribió diversos trabajos explicando su visión sobre el tema. Pero a partir de aquí este compañero de Camilo Torres iba a tener cierto protagonismo en las controversias contra la teología de la liberación surgida por esos años.

Empeñado en el cambio social

Volvemos a Camilo Torres que entendió la importancia de la investigación social para comprender y remediar estos desequilibrios, problema que trató de solucionar en 1955 fundando el Equipo Colombiano de Investigación Socio Económica (ECISE), que tendría comités en la mayoría de los países de Europa occidental. Asistía a cuanta conferencia importante hubiese y participaba en frecuentes reuniones de estudiantes latinoamericanos sobre los temas que le interesaban. Para completar su ajetreada y apretada agenda, ocupó la vicerrectoría del Gimnasio Belga-Latino-americano.

En 1957, Camilo Torres se acercó decididamente a problemas sociales bien complejos: los tugurios existentes en París, y muy particularmente los grupos de la resistencia argelina que le permitieron vislumbrar la realidad de un proceso de liberación nacional y el papel que le correspondía al intelectual en dicha lucha. Contó con el apoyo de su gran amiga, compañera, confidente y posteriormente secretaria, la francesa Marguerite Marie Guitemie Olivieri a quien Camilo conoció en los barrios pobres de París donde ella trabajaba con inmigrantes argelinos.

En 1958, después de una estancia en Bogotá reuniendo los datos necesarios, regresa a Lovaina para graduarse como sociólogo con la tesis "Una aproximación estadística a la realidad socio-económica de Bogotá", publicada en 1987 como "La proletarización de Bogotá", que fue dirigida por el profesor Yves Urbain. Este trabajo es pionero dentro de la sociología y la antropología urbanas. Culminados sus estudios en Lovaina y gracias a la intervención de su hermano Fernando, adelantó un curso de verano en la Universidad de Minneapolis (Minnesota), donde conoció al famoso sociólogo Tleodore Caplow.

Regresado a Colombia, en enero de 1959 fue nombrado capellán auxiliar de la Universidad Nacional, y junto con el sociólogo colombiano Orlando Fals Borda fundaron en 1960 la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Bogotá. Funda el Movimiento Universitario de Promoción Comunal (MUNIPROC), y ejercita la acción social en barrios populares y obreros de Bogotá, especialmente en el barrio Tunjuelito de Bogotá en donde su trabajo de investigación le valió, como ya dijimos,el prestigioso Premio Nacional de Beneficencia Alejandro Ángel Escobar.

Camilo Torres Restrepo que había iniciado una importante labor docente, investigadora y de acción social, emprendió un plan piloto para el barrio Tunjuelito, con el que ganó el prestigioso Premio Nacional de Beneficencia Alejandro Ángel Escobar.

Como sacerdote y capellán universitario Camilo era un activo defensor de las importantes reformas que introdujo el Concilio Vaticano II clausurado en 1965, proponiendo una apertura dialogante con el mundo moderno, actualizando la vida de la Iglesia con nuevo lenguaje conciliatorio frente a problemas actuales y antiguos. Y también actualizando las normativa ritual o litúrgica, como celebrar la misa frente a los fieles o decir la misa en lengua española, buscando una mayor participación de los católicos. Temas que hoy nos llama la atención cómo podían despertar los recelos de los sectores más retardatarios.

-En 1963 Camilo preside el Primer Congreso Nacional de Sociología, celebrado en Bogotá, al que presenta su estudio "La violencia y los cambios socioculturales en las áreas rurales colombianas".

-En 1964 publica "La desintegración social en Colombia está gestando dos subculturas". Es relevado oficialmente de su puesto de vicario-coadjutor de la parroquia de La Veracruz. Participa activamente en el VII Congreso Latinoamericano de Sociología en Bogotá y se reincorpora a la Facultad de Sociología en calidad de profesor asociado. Promueve la creación de la Cooperativa de Desarrollo Comunal del Yopal (Departamento de Casanare).

En julio de 1964 apareció en Colombia un nuevo movimiento guerrillero, el Ejército de Liberación Nacional, (ELN) que se autodefinía de orientación marxista-leninista y pro-revolución cubana. Esto llamó la atención de Camilo Torres ya que él pensaba que el (ELN) no estaba tan "contaminado" como los demás grupos insurgentes. En enero de 1965 inició contactos para comunicarse con la comandancia y en febrero lanzó la "Plataforma del Frente Unido de Movimientos Populares".

1965, un año de actividad intensa

El año 1965 va a ser especialmente activo para Camilo. Realiza el estudio "La estructura socio-económica y desarrollo en Colombia", junto con cuarenta y cuatro dirigentes de masas.

El cardenal Concha Córdoba nombra a Camilo miembro de la Comisión Arquidiocesana de Sociología Religiosa, tal vez intentando alejar a Camilo de sus actividades políticas. En Medellín se manifiesta por la unión y organización de la juventud y ofrece la discusión de una "Plataforma para un movimiento de unidad popular".

Participa en el curso de promotores de desarrollo comunal organizado por MUNIPROC (Movimiento Universitario de Promoción Comunal), en Bogotá. Actúa como moderador del Primer Encuentro Nacional Pro-desarrollo de la Comunidad, que sesiona en la Facultad de Sociología. Se difunde la Plataforma. Entrega a la dirección de la ESAP (Escuela Superior de Administración Pública) el "Informe General de las actividades del Instituto de Administración Social".

En la Universidad Nacional dicta la conferencia "La Universidad Nacional ante los problemas del cambio socio-económico del país". Lee en la Universidad Nacional la "Plataforma del Frente Unido del pueblo colombiano" y pide a los estudiantes organizarse para luchar "con armas iguales" contra las fuerzas del orden.

Encabeza una marcha silenciosa hasta el Cementerio Central en homenaje al estudiante caído. Se reúne con los jefes de los grupos de oposición. Durante la reunión se acepta la plataforma como base de acción y de unión. Se prodigan las conferencias en Manizales, Cartago, Pereira, Ibagué, Medellín y Bogotá.

Viaja a Lima para participar en el II Congreso Bolivariano de Desarrollo de la Comunidad. A su regreso, las masas y el ejército (cada cual por motivos diferentes) lo esperan en el aeropuerto. Se desarrolla una gran manifestación en la Universidad Nacional.

En julio de 1965 viaja clandestinamente al Departamento de Santander y toma contacto con Fabio Vásquez Castaño, máximo dirigente del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que inspirado en el M-26 cubano se había levantado en armas en 1964, procedente de la Juventud del Movimiento Revolucionario Liberal (JMRL), del Movimiento de Obreros, Estudiantes y Campesinos (MOEC) y residuos de grupúsculos armados liberales anteriores.

Camilo Torres hace los primeros contactos para la creación del semanario "Frente Unido". Preside manifestaciones y reuniones públicas en Cúcuta, San Gil, Barrancabermeja, Cali, Palmira, Buga, Ocaña, Bucaramanga, Medellín, Ibagué, Barranquilla y otras ciudades más.

Camilo al frente de una de las numerosas manifestaciones

Durante cuatro meses y algunos días la figura de Camilo Torres creció, aún más, ante la opinión pública, pues recorrió el país y atrajo a gran cantidad de gentes. Se perfilaba como el candidato alternativo al del Frente Nacional Carlos Lleras Restrepo, pero Camilo nunca consideró la vía electoral como una solución a la injusticia social, discurso que caló muy hondo en un amplio conglomerado de personas.

Logró aglutinar a gentes de diferentes tendencias de la izquierda y la política tradicional, y sobre todo captó la atención de grandes multitudes. Finalmente Camilo Torres renuncia a sus compromisos clericales institucionales (pero no al sacerdocio, por supuesto) y en agosto de 1965 inicia la publicación del semanario "Frente Unido", en cuyo primer número (Bogotá, 26 de agosto de 1965, página 3) inserta un «Mensaje a los Cristianos» absolutamente significativo: "Yo he dejado los privilegios y deberes del clero, pero no he dejado de ser sacerdote. Creo que me he entregado a la Revolución por amor al prójimo".

En septiembre de 1965 realiza un recorrido por las principales ciudades del país dictando charlas y conferencias y presidiendo manifestaciones. En octubre encabeza una fenomenal manifestación contra el régimen en la Plaza de Bolívar en Bogotá. El ejército y la policía cercan a los manifestantes. En vista de ello, Camilo y sus seguidores realizan mítines en los que se plantean la toma revolucionaria del poder como base para la solución de los problemas.

El miedo a la abstención (pregonada por Camilo en las plazas de Colombia), lleva al propio Gobierno a ofrecerle la jefatura de la oposición a cambio de que se presente a elecciones, cosa que Camilo rechazó. Pero al conocer su rechazo, le informa que dos tribunales especiales tienen su expediente listo para llamarlo a juicio por los delitos de "subversión", "atentado a la seguridad del país", y "asociación para delinquir".

Se ha llegado a escribir -sin haberse confirmado- que Rojas Pinilla, jefe de la Alianza Nacional Popular (ANAPO) le llegó a hacer sugestivas ofertas como una embajada a cambio de que se pronunciase a su favor en las elecciones.

Preside manifestaciones y realiza charlas en Bogotá, Cali, Popayán y otras ciudades y, al finalizar el año, sale de Bogotá rumbo a las guerrillas del ELN.

La opción de la montaña

El cura Camilo Torres prefirió acercarse al Ejército de Liberación Popular ELN y no al revolucionario Bloque Sur del Partido Comunista de Colombia -marxista materialista ateo, no dialogante con cristianos - que había constituido poco antes, también en 1964, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) que se proclama marxista-leninista.

Un mes y cinco días después, el Ejército de Liberación Popular -ELN tuvo su primer acercamiento con Camilo Torres Restrepo. A finales del 1965 el sacerdote tomó una de las decisiones más trascendentales y dolorosas de su existencia: abandonar el sacerdocio, al cual había dedicado 18 años de su vida.

Una vez fuera de la vida religiosa, aunque no de la Iglesia, pues hasta su muerte fue un católico convencido, visitó el campamento guerrillero en Santander y quedó en "comisión" en la ciudad, en la que debía seguir su programa de agitación política con el Frente Unido. En el momento en que fuera requerido, debía incorporarse a filas.

El 18 de octubre partió finalmente para la guerrilla pero su integración en la misma duró muy poco. Apenas a los cuatro meses (15 febrero de 1966) cayó abatido en su primer enfrentamiento con las fuerzas del ejército colombiano en Patio Cemento, (Departamento de Santander). El cadáver del "cura guerrillero" nunca le fue entregado a su madre doña Isabelita. El lugar en donde fue enterrado ha sido uno de los secretos más guardados de Colombia.

Murió Camilo Torres Restrepo el 15 de febrero de 1966, en Patio Cemento, municipio de San Vicente de Chucurí (departamento de Santander), durante la primera acción armada en la que el ELN organizó una emboscada de unos 35 efectivos contra un destacamento del Ejército colombiano. Y aunque lograron aniquilar a las tropas que cayeron víctimas de la emboscada, un militar herido pudo defenderse y neutralizar al bisoño cura guerrillero, que se había apresurado al ir a recoger las armas de los soldados que habían sorprendido y asesinado.

El general Álvaro Valencia Tovar, entonces coronel -fallecido en Bogotá a los 91 años- estaba al frente de las fuerzas militares que dieron muerte a Camilo Torres. Durante mucho tiempo se ocultó el lugar exacto en que había sido enterrado. Ya retirado como general, escribió el libro "El final de Camilo", en el que esclareció detalles de la muerte de Camilo Torres.

Según Valencia Tovar, Camilo Torres fue sepultado en un sitio conocido y prepararon los trámites para entregarle los restos a la familia. El líder del ELN fue sepultado hace 41 años en un panteón castrense de una escuela militar del noreste colombiano.

El general Valencia Tovar en declaraciones a María Isabel Rueda para la revista "Semana" reveló que el cadáver había sido enterrado en una guarnición militar porque era hijo del médico Calixto Torres Umaña, quien durante su niñez le salvó la vida tras curarle una fiebre tifoidea. Señaló también que desde ese episodio inició una amistad con el cura Camilo, una de las figuras más representativas del ELN, quien falleció en un combate a los cuatro meses de haber ingresado en el grupo guerrillero.

El cadáver de Camilo Torres fue exhumado tres años después de su entierro; sus restos fueron puestos en una urna y transportados a Bucaramanga, donde por gestiones del propio general, se creó el panteón militar de la Quinta Brigada del Ejército, y, como lo revela el general, los primeros restos en ocupar un lugar en ese panteón fueron los de Camilo Torres, aunque no se ha revelado su localización exacta.

Los guerrilleros remanentes del enfrentamiento se replegaron, otra vez, a las montañas de Santander, a sus "santuarios" de San Vicente y El Carmen de Chucurí, para replantearse y reorganizar el movimiento, bajo la dirección del sacerdote español Manuel Pérez Martínez (1943-1998), quien llegó a Colombia a fines de 1969, junto con Domingo Laín y José Antonio Jiménez, curas también, imbuidos de la admiración que Camilo Torres despertó en muchos jóvenes sacerdotes del mundo y simpatizantes con el pequeño sector radical y extremista de la "teología de la liberación".

Estos tres sacerdotes de la arquidiócesis española de Zaragoza - Domingo Laín, Manuel Pérez y José Antonio Jiménez - enrolados en la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispano-Americana (OCSHA) querían seguir los pasos del "cura guerrillero" Camilo Torres. Expulsados de su primer destino en Santo Domingo se dirigieron a Colombia, llegando al barrio popular de Chambacú en Cartagena, siendo también deportados para regresar después de forma clandestina nuevamente a Colombia enrolándose en el ELN en 1969. Jiménez Comín falleció al poco tiempo en las montañas de Antioquia por mordedura de serpiente.

Domingo Laín fue abatido en la " Operación Anorí por la "Quinta Brigada del Ejército de Colombia contra guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) el 7 de agosto de 1973 en Quebrada de la Llana (Santander) y Manuel Pérez, que llegó a ser el comandante del ELN, falleció de una hepatitis en 14 de febrero de 1998 "en las montañas de Santander". Fue excomulgado por el Vaticano al considerar al ELN responsable del asesinato del obispo de Arauca, Jesús Emilio Jaramillo. Él sin embargo se confesó creyente hasta el final de su vida. Sus restos reposan en la jungla del departamento de Santander, al noreste de Colombia.

A pesar de que la muerte de Camilo Torres supuso un golpe muy duro para el ELN, éste continuó sus acciones político-militares y siguió creciendo hasta 1972-1973, cuando bajo el gobierno de Misael Pastrana Borrero se llevó a cabo la operación Anorí, (Departamento de Antioquia) el 7 agosto 1973, en la que murieron los hermanos Manuel y Antonio Vásquez Castaño. El Presidente Pastrana llegó a publicar un parte de victoria que confirmaba el desmantelamiento del ELN.

Trayectoria intelectual de Camilo

La formación del pensamiento político de Camilo Torres estuvo marcado por varias etapas: En primer lugar, tuvo una importante formación cristiana católica, pero siempre estando vinculado a la realidad social, y a la situación de pobreza de la población colombiana. A su regreso a Colombia, Camilo se planteó complementar sus esfuerzos por el bienestar de los pobres con la actividad científica e investigativa, a partir de sus conocimientos de sociología. En este sentido, desarrolló proyectos de acción social y comunitaria, en los que puso el saber sociológico al servicio de los sectores pobres...

Las iniciales tareas sociales de Camilo Torres fueron truncadas y entorpecidas por la burocracia gubernamental y el régimen político, factor por el cual Camilo Torres pasó a participar en el campo político, oponiéndose al sistema del Frente Nacional (1958-1974) en el que los partidos tradicionales, el liberal y el conservador, se repartirían el poder milimétricamente, excluyendo a los demás sectores políticos.

La incapacidad de lograr cambios auténticos y profundos por medios pacíficos y legales, llevó a Camilo a plantearse la necesidad de la lucha armada como medio para el establecimiento de un nuevo estado y una nueva sociedad. Por ello se vinculó al ELN, donde esperaba alcanzar la realización de la revolución en Colombia, hasta que cayó muerto en su primer enfrentamiento. Jamás quiso renunciar a su carácter sacramental del sacerdocio.

La recopilación de los numerosos escritos de Camilo Torres se publicó póstumamente en 1967 bajo el título "¡Liberación o muerte!", que constituyen una clara muestra de su compromiso social y de su cristianismo radical, no bien visto por la Iglesia oficial. Sus escritos constituyen una contribución original y estimulante en el panorama de las teorías políticas y sociológicas de la América Latina contemporánea, uniendo una gran variedad de temas a la compleja síntesis de ideologías y a la hondura del análisis, en un intento de conciliar el compromiso socio-político con la profesión de una fe en los valores cristianos.

En realidad, la mítica figura de Camilo Torres fue un impacto en la iglesia universal de cómo entender el compromiso cristiano y la forma de entender el ejercicio pastoral. Fue así como en el país se formó un grupo importante de curas llamado "grupo de Golconda" de alguna forma respaldado por monseñor Gerardo Valencia Cano, obispo vicario apostólico de Buenaventura.

La actitud de Camilo inspiró a movimientos de sectores cristianos como el grupo 'Golconda‘ en Colombia , o 'Sacerdotes para el socialismo‘ en Chile, impulsor del ascenso de Salvador Allende, el Movimiento "Sacerdotes para el tercer Mundo" en Argentina y personalidades como el nicaragüense monje trapense, sacerdote, teólogo, poeta y escritor Ernesto Cardenal, participante de la rebelión sandinista en Nicaragua, y en general, a las Comunidades Eclesiales de Base (CE Bs), surgidas en Brasil, que conformaron una renovada iglesia latinoamericana comprometida con el cambio social, originándose la corriente conocida como la teología de la liberación.

Por aquellos años y en clima de renovación surgido tras el Concilio Vaticano II Pablo VI iba a ser el primer papa que viajaba a América (22 agosto 1968) e inauguraba en la ciudad colombiana de Medellín la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano que tanta trascendencia tendría en la renovación de la Iglesia latinoamericana y mundial. En su preparación intervino Alfonso López Trujillo aquel compañero de Camilo Torres, al que ya nos referimos, que tras ser nombrado obispo por Pablo VI llegaría a ser un cardenal que tendría un papel relevante en las controversias entre el Vaticano y la teología de la liberación nacida en esos años, desde el puesto de Secretario General del CELAM, Consejo Episcopal Latinomericano en el 1972, con tensiones continuas con los sacerdotes, religiosos/as y laicos - también obispos - partidarios de la teología de la liberación y las comunidades de base.

Actitudes como la de Camilo Torres, así como la Teología de la Liberación junto con movimientos y grupos como las Comunidades Eclesiales de Base coincidentes con la explosión de cambio suscitada por el Concilio puede estar en la raíz de las sospechas vaticanas que concluyeron en condena.

Condena de lo peligrosa que podía resultar esta deriva de "salvación social-cristiana" esgrimida como uno de los cambios conciliares, que sería después corregida por parte de la Santa Sede.

Eran ventanas abiertas de la Iglesia al mundo, como deseó Juan XXIII, y Pablo VI que para unos supusieron aires frescos y para otros un constipado aun no curado.

Si bien es cierto que el Papa Juan Pablo II descalificó en una primera "Instrucción sobre algunos aspectos de la teología de la liberación", tras el desacuerdo de un buen número de cardenales y obispos -principalmente latinoamericanos - en una segunda Instrucción dejaba claro que "la teología de la liberación no sólo era conveniente sino útil y necesaria" . Es más: la constante insistencia en esa teología en favor de los más pobres - que por otro parte ha estado presente en la Iglesia desde sus comienzos - aparecerá repetidas veces en los documentos eclesiales como la "opción preferencial por los pobres". Lo que no resta para que se dieran en algunos casos excesos -muy puntuales- por parte de algunos teólogos embarcados en la corriente más digamos "marxistoide".

Camilo Torres vive en su recuerdo

La plaza principal de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia con sede en Tunja lleva el nombre de "Camilo Torres Restrepo". En Lovaina (Bélgica), donde Torres estudió sociología durante unos años, existe una residencia de estudiantes de la Universidad Católica de Lovaina que lleva su nombre, donde viven más de 400 estudiantes.

De igual forma, en el Estado de Michoacán en México, las juventudes de la década de los años 1980 fundaron un albergue estudiantil (el cual todavía existe) con el nombre de "Casa del Estudiante Camilo Torres".

La Universidad Industrial de Santander (UIS) nombró "Camilo Torres" a uno de sus edificios, ubicado en la sede principal en Bucaramanga. En 1974 se realizó un documental colombiano dirigido por Francisco Norden titulado "Camilo, el cura guerrillero" en el cual se relata su vida por parte de sus más allegados.

El Teatro Universitario de la Universidad de Antioquia lleva el nombre de Teatro Universitario "Camilo Torres Restrepo". La Biblioteca Principal de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá es reconocida por todos como "Biblioteca Camilo Torres", igual que el auditorio principal de la Facultad de Derecho. El cantautor uruguayo Daniel Viglietti escribió en 1967 "Cruz de Luz", canción sobre Camilo Torres, que fue popularizada por el cantautor chileno Víctor Jara.

El cantautor cubano Carlos Puebla escribió una canción sobre Camilo titulada "Camilo Torres". La canción "Cura y Guerrillero" del cantautor mexicano José de Molina es dedicada a Camilo Torres y demás curas que continúan luchando por los mismos ideales.

También el cantautor venezolano Alí Primera compuso las canciones "Dispersos" y "Dios se lo cobre", que hacen referencia a Camilo Torres. Dispersos: "...¿por qué no unirnos?, sí, por qué si ya se unieron el fusil y el evangelio en las manos de Camilo...". Dios se lo cobre: "...y Camilo, el sacerdote, el que no engañaba a Dios; en un bolsillo de la sotana, un libro de Santo Tomás de Aquino, y en el otro, en el de la izquierda, un libro de Carlos Marx. Buscaba la semejanza para ofrendársela a Dios. Una nueva sociedad, sin colegios privados, sin hacienda, sin patrón...".

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