Impunidad judicial para los asesinos de dos jóvenes seminaristas y tres curas en una iglesia

El juez Rafecas y el fiscal Rívolo deben definir las indagatorias por el crimen de los palotinos. Hasta ahora, el único culpable fue un periodista que investigó

“Las baldosas de este solar están ungidas con la sangre de aquellos a quienes el mundo no pudo reconocer porque no eran de este mundo”, predicó Jorge Mario Bergoglio, en ese entonces cardenal primado y arzobispo porteño, en la misa desde San Patricio, el 4 de julio de 2001, 25 años después de los cobardes crímenes

Impunidad judicial para los asesinos de dos jóvenes seminaristas y tres curas en una iglesia C5N

( C5N).- “Estos zurdos ( NdeR: ¿les suena en estos tiempos?) murieron por ser  adoctrinadores de mentes vírgenes y son M.S.T.M.” (sigla del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo).

En tiza habían escrito los miembros del grupo de tareas de la dictadura, en la madrugada del 4 de julio de 1976, dentro de la parroquia  San Patricio, en la esquina de  Estomba y Echeverría, en el coqueto barrio porteño de Belgrano R, cuando fueron a buscar a los sacerdotes y seminaristas que estaban en sus cuartos durmiendo. Los apuntaron con sus armas y los sacaron de la cama. Los arrodillaron delante del altar, debajo de ellos una alfombra roja. A balazos, los asesinaron. Juntos vivieron y murieron:  Emilio Barletti de 24 años,  Salvador Barbeito de 25 años, el sacerdote saliente  Pedro Dufau de 64 años,  Alfredo Leaden de 54 años y el párroco  Alfredo Kelly de 43 años.

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Mártires palotinos

Eso sí, la primera jueza, Ángela Braidot, quien debía investigar el complot de la masacre, terminó  condenando al único periodista que investigó. El calumnias e injurias contra  Eduardo Kimel llegó a la  Corte Suprema Nacional. En diciembre de 1998, los cortesanos dictaron calumnias sobre el periodista y  favorecieron al juez que nunca descubrió la verdad con los asesinos de los palotinos. Finalmente, la causa llegó a la  Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que en 2008  condenó al Estado argentino por haber violado la libertad de expresión e instó a levantar la condena al periodista. En ese entonces, año 2009, la presidenta  Cristina Fernández de Kirchner presentó el proyecto de ley para  despenalizar las calumnias e injurias para los periodistas. Finalmente, se votó la  ley 26.551 y el Estado argentino modificó el Código Penal. El periodista Kimel muere poco tiempo después de sancionarse la ley.

El crimen de los palotinos lleva  49 años. Nadie está preso, ni condenado. Desde el año 2022, el juez federal porteño que lleva la causa es  Daniel Rafecas, junto al fiscal  Carlos Rívolo. Pocos días atrás, el abogado querellante de la Sociedad del Apostolado Católico argentina (conocidos como los palotinos, en honor a su fundador, el sacerdote romano, Vicente Pallotti),  Pablo Llonto, solicitó indagar al juez Rivarola, por  prevaricato y encubrimiento, y a diez miembros de la Policía Federal que en el año ‘76 integraban la comisaría 37 por considerar que  participaron en la liberación de la zona y en el encubrimiento posterior del hecho.

“Esperamos que el juez Rafecas actúe con celeridad y llame  de manera urgente a prestar declaración indagatoria a todos los efectivos de la comisaría 37 implicados en el hecho. Como al ex juez Rivarola, quien fue el encargado de garantizarles total impunidad durante la primera instrucción de la causa”, aseguró a C5N,  Ramiro Varela, militante de la organización “Palotinos por la Memoria, Verdad y Justicia”.

Dentro de la propia asociación de Palotinos el crimen abre aguas.  Jorge Rafael Videla, de la localidad bonaerense de Mercedes, y su familia se formaron en la espiritualidad palotina. Mientras que en la misma comunidad eclesial estaban estos sacerdotes y seminaristas asesinados por esa misma dictadura militar encabezada por Videla.

Tal es la tensión interna en los palotinos que recién se constituyeron en querellantes  40 años después de ocurrida la masacre en la parroquia San Patricio. Mientras que hace poco tiempo asumió la querella el abogado Llonto.

“Las baldosas de este solar están ungidas con la sangre de aquellos a quienes el mundo no pudo reconocer porque no eran de este mundo”, predicó  Jorge Mario Bergoglio, en ese entonces cardenal primado y arzobispo porteño, en la misa desde San Patricio, el 4 de julio de 2001, 25 años después de los cobardes crímenes.

En ese entonces, quien luego sería el Papa Francisco pidió  quitar etiquetas y concentrarse en el testimonio de los palotinos: “Hay gente que fue grano de trigo, dio su vida y germinó”, y añadió Bergoglio una confesión, su estrecha cercanía al entonces párroco de San Patricio: “Yo soy testigo, porque lo acompañé en la dirección espiritual y en la confesión hasta su muerte de lo que era la vida de  Alfie Kelly. Sólo pensaba en Dios. Y lo nombré a él porque soy testigo de su corazón, y en él a todos los demás”.

Etiquetas

Las etiquetas siguen al día de hoy. “Terroristas asesinos” figuraba debajo de la placa con los nombres de  Lucila Adela Révora y Enrique De Pedro, los padres del senador nacional, Eduardo “Wado” De Pedro. Sin esperar, ni delegar, fue el propio Wado que limó esa nefasta etiqueta sobre la identidad de sus progenitores en el  cementerio de Mercedes. Pocos minutos antes el provincial de los palotinos y párroco de San Patricio en Mercedes,  Pablo Bocca, junto a la cuñada de Kelly, los miembros de Palotinos por la Memoria y un grupo de estudiantes secundarios, que llevaban la bandera nacional, de Santa Sede, de Irlanda y de la provincia de Buenos Aires, habían realizado la ofrenda floral para los sacerdotes palotinos asesinados y allí enterrados.

Iniciativas

En el Congreso Nacional, el lunes 7, fue presentado el  proyecto de ley, autoría de  Eduardo Valdés, para declarar a la parroquia San Patricio  Monumento Histórico Nacional. Mientras que este viernes 4, en San Patricio de Belgrano, celebró misa por los mártires, el obispo auxiliar porteño, Alejandro Prado; y el jueves 3, en la localidad de Suipacha, se colocó una baldosa en memoria del cura Kelly.

Etiquetas: mártires palotinos en San Patricio