El arte contempla la Pasión El molino y la cruz

(Peio Sánchez).- La novedad de la propuesta cinematográfica de Lech Majewski tiene que ver con el arte como contemplación. Investiga aportando creativamente una nueva profundidad desde el cine a la pintura.

En sus películas "Angelus" (2000) y "El jardín de las delicias terrenales" (2004) ya había intentado convertir en narración el tiempo detenido del cuadro. Ahora en "El molino y la cruz" (2011) la ayuda de la reconstrucción digital de la imagen, la simbólica genial de la pintura "El camino al Calvario" de Pieter Bruegel, la interpretación del crítico de arte Michael Francis Gibson y la maestría del director polaco se reúnen para ofrecernos una obra imprescindible.

Frente al uso de los efectos especiales para el cine-espectáculo, aquí Majewski se sirve de la filmación con croma para establecer niveles en unos planos realizados como cine-arte. El fondo estático del cuadro reconstruido a gran tamaño promueve una mirada pasiva del espectador, que está en una pinacoteca situada en una sala de cine.

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