El “pacto a la valenciana” quiere arrasar con la Concertada

La enseñanza concertada, en estos momentos, tiene un problema grave en la Comunidad Valenciana. Esta es la denuncia de Escuelas Católicas: “Constatamos que la Administración propone cerrar e impide la creación de unidades concertadas, a cuya financiación con fondos públicos tienen derecho, so pretexto de la baja demografía o las vacantes existentes. Al mismo tiempo, crea más de 400 nuevas unidades en la enseñanza pública, incrementando el gasto, en lo que parece un intento de eliminar la libre elección de las familias, para conformar, al final, un planteamiento educativo único y público”. Y añade el comunicado: “El planteamiento actual de la Conselleria reduce en más de 50 la oferta de unidades a nuestros centros, lo que afecta a más de 1.000 familias que ven limitado su derecho a elegir la educación que desean para sus hijos, junto a graves problemas laborales. No se trata sólo del drama de los puestos de trabajo directos de los profesores y sus familias que se ven afectados por la medida, sino también de un buen número de puestos indirectos, desde los monitores de comedor a los empleados de la limpieza o a las empresas de suministros que ofrecen sus servicios en los centros”.

Y no se trata solamente del cierre de unas pocas aulas. Esto solo ha servido para verle las orejas al toro. Tenemos que ser conscientes del peligro que corre a largo plazo la libertad de enseñanza y los centros concertados. Los actuales mandatarios de la avenida Campanar (sede de la Consejería) no han engañado a nadie. En su planificación se contempla vaciar poco a poco las aulas de la Concertada y transvasar a la pública el alumnado. Si los votos y el tiempo se lo permiten ejecutarán esta especie de “holocausto” de la libertad de enseñanza. La “decisión final” está tomada y los trenes ya están en marcha. Así de claro y sin paliativos. Ellos llevan el sectarismo en su ADN, y por sistema no creen en la libertad, ni en la democracia. En todo caso, se sirven de ambas para lograr sus objetivos. Estamos ante una izquierda aparentemente moderna, que sabe venderse bien, pero en el fondo es bastante obsoleta y ortodoxa.

Este año son equis aulas el año que viene más y así sucesivamente. La jugada es muy inteligente, ya que en Campanar el Partido Socialista está de oyente. A mis amigos “sociatas” se lo repito con frecuencia, el proceso de “fagocitación” es imparable. A la vuelta de las elecciones de junio, según el resultado de las mismas, cuando unos pocos meses después se vuelvan a convocar elecciones autonómicas, quedarán Ximo Puig y cuatro más. Son más listos. Han llegado al poder para quedarse, y para eso necesitan ”evacuar” o servirse del PSPV. Han madurado durante meses estrategias sutiles para llevar a cabo sus objetivos. Po ejemplo, durante años han alimentado la tensión entre la pública y la privada concertada. Y agitarán este fantasma cuando les convenga para enfrentarnos y crear la ceremonia de la confusión. Ya lo insinúan con el tema de la “calidad de la enseñanza”. Hay tanta calidad en la una como en la otra. Igualmente, carencias en las dos. No trasladen el enfrentamiento político a las aulas y a los profesionales, que sólo desean tener un puesto de trabajo y desarrollar su “vocación” de “enseñantes” en la una o la otra. Y, en todo caso, lo que el PPCV hizo con la pública o dejó de hacer es cosa de ellos…

En cualquier caso, ahora que mandan, no nos equivoquemos, ya no son dos redes complementarias, sino la una subsidiaria de la otra. En otros términos, esclava y sumisa. Y los problemas y las pérdidas de puestos de trabajo lo pondrán en la cuenta del “debe” del Partido Socialista, que por eso pilota el “Pacte del Botanic”.

Y esta historia empieza con la nefasta acción de gobierno del Partido Popular en la Comunidad Valenciana. Como se suele decir: “el que siembra vientos recoge tempestades”. En concreto, en lo que respecta a la enseñanza, la anterior inquilina de Campanar, más preocupada por su promoción política, que por gestionar inteligentemente este sector, es la responsable. Su acción ejecutiva ha puesto en bandeja la solución a los actuales mandatarios, para ejecutar, con absoluta frialdad, sus designios mesiánicos. Arrasar con la concertada forma parte de su Credo atávico. Por eso sus propuestas de diálogo están viciadas. Los posibles encuentros son “paripé” o postureo, como se dice, hoy en día. Alumnos y Alumnas, Padres y Madres, Profesores y Profesoras, Personal de Administración y Servicios…están en juego muchos puestos de trabajo. Y estos son muy valientes, cuando se trata de quitarles el pan a personas que consideran, que no son de los “suyos”.


Unidos por la educación en libertad (Comunicado de Escuelas Católicas de la Comunidad Valenciana)

Escuelas Católicas Comunidad Valenciana hace pública su indignación ante la propuesta de la Administración educativa en el reciente “arreglo escolar”. Constatamos que la Administración propone cerrar e impide la creación de unidades concertadas, a cuya financiación con fondos públicos tienen derecho, so pretexto de la baja demografía o las vacantes existentes. Al mismo tiempo, crea más de 400 nuevas unidades en la enseñanza pública, incrementando el gasto, en lo que parece un intento de eliminar la libre elección de las familias, para conformar, al final, un planteamiento educativo único y público.

Escuelas Católicas muestra su solidaridad, apoyo y defensa a los centros y a todas sus comunidades educativas, a los que, o bien se les expulsa alumnos o se les impide su acceso. La Administración educativa actual propone además la reducción en el número de plazas vacantes, por debajo de los puestos escolares autorizados, recortando la libertad de elección de las familias.

El planteamiento actual de la Conselleria reduce en más de 50 la oferta de unidades a nuestros centros, lo que afecta a más de 1.000 familias que ven limitado su derecho a elegir la educación que desean para sus hijos, junto a graves problemas laborales. No se trata sólo del drama de los puestos de trabajo directos de los profesores y sus familias que se ven afectados por la medida, sino también de un buen número de puestos indirectos, desde los monitores de comedor a los empleados de la limpieza o a las empresas de suministros que ofrecen sus servicios en los centros.

Creemos en la libertad. Siempre hemos defendido nuestro sistema educativo plural, reconocido por nuestra Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y donde conviven lo público y la iniciativa social. Nuestros centros ofrecen una clara apuesta por la educación católica, promoviendo los valores de un humanismo cristiano recogido en el ideario de los colegios y reconocido por las leyes.

El Departamento Jurídico de Escuelas Católicas está trabajando de forma intensa para dar la cobertura legal necesaria a nuestros centros a través de las pertinentes alegaciones y denunciando un proceso carente de transparencia y que vulnera la libertad de elección de las familias.

Desde Escuelas Católicas exigimos que se reestablezca el legítimo derecho que las familias tienen a la permanencia o acceso al centro que han elegido o quieran elegir. Así como al mantenimiento o generación de puestos de trabajo. Y de esta forma, que todos puedan ver satisfecho su derecho fundamental a elegir la educación de sus hijos y su derecho al trabajo sin que esta Administración se lo impida, a través de una decisión política sin precedentes.

Y que luego nos hablen de una primavera educativa…

Comisión Permanente de ESCACV
Valencia, 29 de abril de 2016
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