En la escuela, “Cultura Religiosa” para todos (III)

La Religión responde a una necesidad universal: interpretar y comprender la vida

“El analfabetismo religioso dificulta la convivencia en la escuela y en la sociedad”
Comparto el comentario anónimo siguiente: “creo que la religión como asignatura académica tiene mucho que aportar en la formación de los ciudadanos del mundo de hoy. Una información sobre el fenómeno religioso y una aproximación lúcida y crítica hacia el mismo puede ayudar a los sujetos a interpretar mejor el mundo en el que viven y a comprender sus propias vivencias (positivas o negativas, de un signo o de otro) sobre la experiencia religiosa. Privar a las nuevas generaciones de un conocimiento positivo, riguroso y contrastado sobre el tema les hará más susceptibles de sectarismos y fanatismos de todo tipo. Sería lamentable”.

En Francia, país muy laicista, se ha aprobado hace poco tiempo una enmienda en la Asamblea Nacional para que en las escuelas estatales se expliquen “Conocimientos y Referencias sobre el Hecho Religioso y su Historia”. El diputado comunista, Pierre Brard, que presentó la propuesta alegó como justificación “el patente analfabetismo religioso de los jóvenes, una de las causas de nuestras dificultades para la convivencia en la escuela y en la sociedad “.

Hay que afrontar el significado de la pluralidad de religiones
Hoy, más que en otras épocas, la pluralidad de religiones está en la mesa común. Los medios de comunicación nos las han hecho cercanas. Más aún, las migraciones nos han traído muchos y variados creyentes, hoy vecinos nuestros. La “Teología del Pluralismo Religioso” es una materia reciente en las Facultades de Teología. Asignatura cada vez más necesaria, pero hoy poco elaborada. Sin embargo todos, de algún modo, tenemos que practicarla. ¿Pueden los profesores confesionales, católicos o reformados, judíos o musulmanes..., educar de forma neutra, rigurosa y positiva socialmente la vivencia religiosa en las diversas religiones? ¿No lo harían mejor los profesores de Facultades de Teología especializados en Cultura Religiosa Plural? También ellos pueden ser o no ser creyentes, pero “saben”. Y en la escuela “se aprenden y se evalúan” lo que se “sabe”, es decir, los contenidos, los ritos y sus significados, las diversas éticas y normas de funcionamiento. Para “creer y celebrar la fe” se acude a la iglesia, a la mezquita, a la sinagoga, etc. Ahí tienen sus catequistas, educadores, teólogos...

El profesor de “Cultura Religiosa” informa y forma el sentido de la trascendencia
Si el profesor de “Cultura Religiosa” conoce bien lo nuclear de las diversas religiones, puede muy bien informar y formar sobre el sentido de la trascendencia. El ser humano está abierto a indagar y querer siempre más. La inquietud y la limitación que nos acompañan son una llamada a desear y buscar siempre más, sin límites. La diversas ofertas de sentido –eso son la diversas religiones- son las respuestas que las diversas culturas han ido construyendo para alimentar la dimensión trascendente. “Por qué existe algo en vez de nada” era la pregunta radical que Manuel Kant creía ver en la mente humana, imposible de contestar por el camino de la ciencia experimental y racional. Tanto la libertad como el sentido ético de nuestra vida nos inducen a pensar en una respuesta positiva a esa pregunta. “Alguien” puede salirnos al encuentro e iluminar la vida... Las religiones, surgidas en diversas culturas, son las respuestas. Surgidas en torno a unos personajes –Confucio, Buda, Moisés, Jesús, Mahoma...-, han dado y están dando sentido y fuerza de vida a muchísimos seres humanos. Ellas, como toda creación humana, han sido fuente de humanismo y, por desgracia, también de deshumanización. Examinarlas todas, conocer la vida de sus inspiradores, valorar sus logros, analizar sus éticas y ritos, etc. es una tarea imprescindible para optar libremente. El ser humano adulto elegirá la que crea más humana, más razonable, más social, más plena.

El profesor de“Cultura Religiosa” respeta y valora toda opción religiosa
El profesor de“Cultura Religiosa” puede y debe cultivar actitudes de respeto y comprensión hacia todas las religiones como “espacios de salvación”. Está capacitado para ayudar a eliminar de todo creyente las actitudes negativas, como pueden ser la ignorancia de las otras religiones, la condena de otras formas de ver a Dios, el desprecio de diversas formas de dar sentido último a la vida humana. Incluso puede promover el sentido de humanidad abierto a todos, pues todos buscan realizarse en plenitud hasta más allá de la muerte. Aceptar el pluralismo religioso, como caminos por los que el Misterio último se ha comunicado con los seres humanos a través de los siglos, no va contra el Evangelio de Jesús, ni contra la Alianza judía, ni contra el Dios misericordioso del Islam. El “Dios de todos los nombres” puede encontrarse con todos los pueblos y con todos los hombres a través de toda Religión, aunque sea la propia conciencia personal. El Espíritu divino “llena el universo”. “El Espíritu de Dios, que con admirable providencia dirige el curso de los tiempos y renueva la faz de la tierra, está presente a esta evolución” (GS 11; PO 22; GS 26). “Esta evolución" se refiere al orden social y progresivo. Son alusiones admirables del Concilio Vaticano II, expresivas de la fe en la compañía y acción del Espíritu en el esfuerzo humano por cambiar el orden social adverso y hacerlo digno del hombre. Hay mucho bueno en la tierra, en muchos lugares, bajo la guía del Espíritu Santo "que llena el universo y quiere que todas las personas se realicen plenamente".

Los profesores de Religión, en el sistema actual, siempre estarán postergados
Me reafirmo cada vez más en que los profesores de Religión deben ser como los demás: interinos o por oposición, con titulación adecuada, con libertad de cátedra que sólo le obliga a exponer el fruto del saber y la investigación logrados, sujetos a la normativa general de cualquier trabajador. Actualmente, en el claustro de profesores, la situación del profesor de Religión es extraña y discriminatoria: no puede elegir ni ser elegido para los diversos cargos, no tiene seguridad en su trabajo, está expuesto a ser revocado por su ideología subjetiva discrepante con la “recta doctrina y testimonio de vida” del grupo religioso que le nombró (despido ideológico). Todos los demás profesores acreditaron conocimiento y destreza en enseñar mediante la titulación académica debida y la oportuna oposición. El Profesor de Religión está en situación permanente de “censura” de quien le nombra anualmente: la ortodoxia en doctrina y en vida personal y religiosa vigila sus opiniones y comportamiento (asistencia al culto, afiliación sindical y política, ejercicio de la sexualidad, etc.). Aún se arrastra por los tribunales europeos –La Corte Europea de los Derechos Humanos, de Estrasburgo-, el caso de un profesor de Murcia que fue destituido por “hacer público su estado de sacerdote casado, y por respeto a la sensibilidad de algunos padres que podrían sentirse contrariados al conocer la situación del profesor”, al aparecer fotografiado con su familia en un periódico que informaba sobre una reunión del MOCEOP (Movimiento por Celibato Opcional). Jamás este hombre ocultó su estado a los padres del instituto, ni a los compañeros profesores. Nadie se oponía al desempeño de su función, excepto el Obispado, la Ley eclesial que no quiere la visibilidad del sacerdote casado. Pues ahí está la cuestión: no puede ser buen profesor del Religión un sacerdote que se sepa que está casado, ni un casado que se sepa que es sacerdote. ¡Qué evangélico proceder! ¡qué injusticia más hiriente para un profesor en su ámbito! ¡Menos mal que ya no se tiene el poder secular al servicio del religioso! Aún existiría el exilio que fue durante siglos camino forzoso para muchos clérigos. Demos gracias a Dios por este pequeño progreso de la Iglesia. (Puede leerse su caso en la Revista “Tiempo de hablar, tiempo de actuar”, nº 128, pp. 5-11. Albacete 2012. www.moceop.net).

Rufo González
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