"Una pregunta que nos interesa a todos, no solo a los creyentes" ¿Qué papa necesitamos?

Francisco
Francisco

"Si hay un dato que los doce años de pontificado del Papa Francisco han puesto de manifiesto sobre la situación del mundo, es la urgente necesidad de un punto de referencia espiritual. Una necesidad tanto más apremiante cuanto más se ve el mundo contemporáneo aplastado por una sola dimensión: la horizontal"

"Nos encontramos ante una situación de pobreza antropológica, de falta de valores y de esperanzas, tanto en el mundo laico, que solo celebra la economía y el éxito, como en el mundo religioso, tan preocupado por su declive que ya no es capaz de proponerse como punto de referencia"

"La peculiaridad del Papa Francisco ha sido la de proponerse como referencia para el mundo sin preocuparse por las posiciones de poder de la Iglesia católica. Su acción ha sido gratuita y, por eso mismo, profética. El próximo Papa no debe desperdiciar este legado, porque está en juego el bien del mundo y de la Iglesia"

"Ahora, la pregunta es, naturalmente, si entre los más de ciento treinta cardenales que se encontrarán en la Capilla Sixtina existe una figura espiritual capaz de interpretar este papel. Estoy seguro de que existe, pero, naturalmente, habrá que ver si los votos se concentran en esta persona o no"

Es una pregunta que nos interesa a todos, no solo a los creyentes, sino también a los no creyentes, no solo a los occidentales que tenemos el Vaticano en casa, sino también al resto del mundo. 

Especial Papa Francisco y Cónclave

Si hay un dato que los doce años de pontificado del Papa Francisco han puesto de manifiesto sobre la situación del mundo, es la urgente necesidad de un punto de referencia espiritual. La gran atención, incluso el afecto, que el mundo ha reservado al Papa Francisco demuestra la necesidad de alguien que hable con palabras y gestos que tengan un sabor diferente al de la política, el derecho o la economía. Una necesidad tanto más apremiante cuanto más se ve el mundo contemporáneo aplastado por una sola dimensión: la horizontal

EL HOMBRE UNIDIMENSIONAL — Shorthand Social

Herbert Marcuse ya lo había intuido: El hombre unidimensional. Subtítulo: La ideología de la sociedad industrial avanzada. Era 1964, y desde entonces la acción sistemática de aplanamiento de la humanidad ha continuado sin descanso, metódica, obstinada. El resultado es la actual desorientación de las conciencias. De hecho, para no sentirse desorientada y adquirir una orientación, la conciencia necesita elevarse por encima del horizonte inmediato y adquirir visión, panoramas, esa posibilidad de vislumbrar el infinito. 

Hoy, sin embargo, los hombres tienen la mirada clavada en la cerca o en el cerco de lo inmediato, han excluido la vista del último horizonte, ya no se sientan ni contemplan espacios interminables más allá, ni se escuchan silencios sobrehumanos ni existe una quietud profundísima. 

El seto de lo inmediato se ha vuelto impenetrable, y no porque haya crecido en altura, sino porque ha cambiado de naturaleza y ya no se llama seto, sino pantalla, y más allá de esta pantalla el ojo humano no puede ir porque queda irresistiblemente cautivado por sus encantos. 

Así, los espacios interminables han terminado, el ruido continuo ha ahogado el silencio, y en lugar de la quietud profunda, en las mentes impera una ansiedad generalizada y en los corazones un miedo negro. 

El Papa que necesitamos, nosotros, habitantes de este mundo horizontal, es uno que nos haga levantar la mirada más allá del seto y de la pantalla. Necesitamos volver a creer que los seres humanos no somos solo una dimensión. La dimensión horizontal de la economía, la política, la historia, el derecho, es constitutiva de nosotros, pero no exhaustiva. 

Más allá de las razones de la economía, hay en nosotros sentimientos que no se pueden comprar; más allá del interés personal, hay un inter-ser que nos une a los demás y nos lleva a preocuparnos por ellos; más allá de la fría consideración de la realidad, hay una necesidad de esperanza y de utopía. Si no fuera así, nuestra historia sería completamente diferente: sin arte, sin música, sin filosofía, sin poesía, sin espiritualidad. 

Es necesario observar la realidad en forma Poliédrica | Diario Digital  Nuestro País

Y, sin embargo, estas cosas nos acompañan desde siempre y nos calientan el corazón, permitiéndonos resistir al aplanamiento dominante y, a veces, superando la lógica del hombre en una dimensión «do ut des» -«te doy para que tú des»- para inaugurar otra: «Do ut sis» -«Te doy para que seas»-. Esto es la ética, esto es la espiritualidad. Pueden ser religiosas o no religiosas, pero en cualquier caso tienen en común la búsqueda del bien y de la justicia. 

El Papa Francisco ha representado para muchos en estos doce años la posibilidad de vislumbrar una dimensión de este tipo, de comprender que los valores de siempre no son ilusiones, sino la forma más verdadera y hermosa de vivir. Y creo que esto es lo que necesitan los hombres, sobre todo hoy, cuando la política, un poco en todo el mundo, ignora la ética y la lógica del bien común para ser solo la imposición despiadada del más fuerte. 

Si el próximo Papa ignora esta tensión profética y se preocupa únicamente por el gobierno eclesiástico, el mundo perderá un punto de referencia importante, por no decir esencial, dada la escasez de referencias valorativas a nivel internacional. 

Pero también la Iglesia perderá una oportunidad fundamental, ¿quizá la última?, de volver a ser significativa para las conciencias contemporáneas. 

De hecho, es evidente para todo el imparable declive que está experimentando el cristianismo en Occidente en el proceso de aplanamiento a una dimensión que está viviendo nuestro mundo privado del infinito

Nos encontramos ante una situación de pobreza antropológica, de falta de valores y de esperanzas, tanto en el mundo laico, que solo celebra la economía y el éxito, como en el mundo religioso, tan preocupado por su declive que ya no es capaz de proponerse como punto de referencia

La peculiaridad del Papa Francisco ha sido la de proponerse como referencia para el mundo sin preocuparse por las posiciones de poder de la Iglesia católica. Su acción ha sido gratuita y, por eso mismo, profética. El próximo Papa no debe desperdiciar este legado, porque está en juego el bien del mundo y de la Iglesia. 

Ahora, la pregunta es, naturalmente, si entre los más de ciento treinta cardenales que se encontrarán en la Capilla Sixtina existe una figura espiritual capaz de interpretar este papel. Estoy seguro de que existe, pero, naturalmente, habrá que ver si los votos se concentran en esta persona o no. Todo dependerá de los cardenales, de si son capaces de seguir la inspiración del Espíritu Santo, que no debe entenderse como algo mágico, sino como el impulso de seguir siempre y en todo momento la recta conciencia al servicio del bien común, y no el interés personal o el de la propia facción. 

Para la Iglesia estar al servicio del mundo significa también conseguir que mire más allá de esa cerca y así vislumbrar los inmensos silencios y volver a sentir el perfume del infinito. Quizás todo esto no tenga una traducción inmediatamente religiosa, pero será tal que elevará el alma de muchos hacia la trascendencia. 

Se puede llamar misterio, infinito, trascendencia, Dios o con otros nombres, pero solo esta dimensión vertical puede curar verdaderamente nuestro mundo unidimensional. El Papa que necesitamos es también, ¿tal vez ante todo?, alguien que sepa dar testimonio de ello

Cónclave: las estrictas medidas que se tomarán para aislar a cardenales que  elegirán al nuevo papa - NoticiasCaracol

Volver arriba