Hijos como propiedad.

Pero hoy ya no es el ayer, hoy existen algunas alternativas antes que tomar drásticas soluciones. Las alternativas siguen sin ser suficientes y satisfactorias, pero tal vez deba plantear a mis lectores una terrible causa de abortos que debiera ser combatida, y que pienso debiera incorporarse en la asignatura de Educación para la Ciudadanía con el fin de prevenir ciertos males.
Una de las cosas que alegan no pocas mujeres que han abortado o que si se vieran en tal circunstancia abortarían, es que ellas no tendrían un hijo sino se encuentran preparadas. Este planteamiento nace de un egoísmo personal forjado de un concepto de propiedad de los hijos. Asistimos por esto a que no pocos padres consideran suyos a sus hijos por una cuestión meramente genética. Incluso si estos van a nacer mal, se procede de forma egoísta a practicar la eugenesia mediante un aborto.
Se hace muy necesario combatir esta idea de propiedad de los hijos, de sentirlos mediante amor objeto, amor que es falso y que afecta a no pocos padres.
Resulta muy curioso como esto afecta a montones de madres solteras, no encuentran novio o marido por sus hijos. Son muchos los hombres que valoran bien poco la posibilidad de contraer matrimonio y no sentir como propios los vástagos. Resulta también curioso como esta idea de la sangre de mi sangre fue utilizada hasta en el pasado, ni más ni menos que por la propia Isabel I de Castilla, a la que algún imbécil quiere hacer santa, para denigrar a Juana la Beltraneja, rival a la corona de Castilla a la muerte del rey Enrique IV, a la que acusó de no ser hija legítima de Enrique IV.
Pero quiero llamar más la atención. Hay por ejemplo en muchos países montones de huérfanos, y no son pocas las familias que prefieren someterse a las modernas técnicas de reproducción asistida en lugar de adoptar. Yo no estoy en contra de tales técnicas, pero creo que es preferible adoptar a un niño necesitado que gastarse tantos miles de euros en técnicas tan caras.
Pues el post de hoy es para puntualizar mi rechazo a esta manía de la sangre de mi sangre o el genéticamente mío, mi propiedad relativo a un hijo. Si esta idea es combatida con efectividad, se podría seguramente fundamentar mejor ante una sociedad el dar un niño antes en adopción que someterse a un aborto, y pienso que tal vez ahorraríamos bastantes muertes injustas.