La coordinadora de Oikocredit Andalucía, ante la cumbre de la ONU de Sevilla Marta Betancor: "Hay que poner sobre la mesa la rentabilidad social, no solo la económica"

Marta Betancor Álvarez es coordinadora de la Asociación Oikocredit Andalucía. Con formación en Relaciones Internacionales y Antropología del desarrollo y transformación social, reafirma su compromiso con la justicia social y las personas a través de los estudios de Trabajo Social
"Las religiones desempeñan un rol fundamental en lograr la cohesión social y desarrollo debido a la gran influencia que poseen en la sociedad. Aportan una identidad compartida y un sentimiento de pertenencia que permite aflorar la solidaridad y el apoyo mutuo entre sus miembros"
"El pronunciamiento de la Iglesia, aunque pueda parecer simbólico, es importante porque responde a una demanda de la sociedad civil y contribuye a visibilizar problemas graves"
"El pronunciamiento de la Iglesia, aunque pueda parecer simbólico, es importante porque responde a una demanda de la sociedad civil y contribuye a visibilizar problemas graves"
En el marco de la IV Conferencia Internacional de Cooperación para el Desarrollo, conversamos con Marta Betacor, coordinadora Oikocredit Andalucía, organización comprometida con las finanzas éticas y el desarrollo humano sostenible. En un contexto global marcado por profundas desigualdades, Marta comparte el compromiso de la cooperativa con un desarrollo centrado en las personas, la sostenibilidad y el fortalecimiento del papel de la sociedad civil.
- ¿Qué esperáis del encuentro de Sevilla?
Desde Oikocredit Andalucía, como organización de la sociedad civil, se espera que gobiernos y entidades refuercen su compromiso con el desarrollo humano sostenible, principios con los que Oikocredit está plenamente alineados.
Entre las medidas que consideramos clave está la reestructuración de la deuda externa en países con bajos ingresos; el cumplimiento de compromisos de los países donantes; reformas en los bancos multilaterales; cambios en las reglas del comercio internacional, y la implementación de un sistema fiscal justo donde las grandes fortunas contribuyan adecuadamente. Estas acciones son esenciales para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aunque la responsabilidad última recae en los gobiernos.
Oikocredit Andalucía se alinea con las organizaciones sociales que promueven la concienciación ciudadana y exigen políticas eficaces que protejan a las personas, las comunidades y el planeta, en favor del bien común y no de unos pocos.

- ¿Cuál es el papel de las cooperativas en el desarrollo de las comunidades?
Las cooperativas locales con alta participación y gobernanza comunitaria, especialmente las que pertenecen a la economía social y solidaria, se enfocan en las necesidades humanas mediante el compromiso con las personas, sus comunidades y su entorno. A diferencia de los modelos tradicionales de cooperación al desarrollo, que a menudo no responden a las realidades locales, estas cooperativas permiten que las comunidades definan y gestionen su propio modelo de desarrollo, situando a las personas en el centro.
Además del impacto económico, estas cooperativas también contribuyen al bienestar social y ambiental a través de programas en educación, salud, vivienda y adaptación al cambio climático. Se rigen por principios como el control democrático, la autonomía, la educación y la preocupación por la comunidad, basados en valores de autoayuda, equidad y solidaridad.
Un ejemplo de ello es la cooperativa ecuatoriana Jardín Azuayo (decir donde esta y a qué se dedica). Esta cooperativa es un referente del cooperativismo por sus valores de participación democrática, su cercanía con las personas socias, sus programas educativos y sus valores fundacionales basados en la economía solidaria. Con sucursales en todo el país y guiada por valores de apoyo mutuo, transparencia y respeto por la naturaleza, sus servicios financieros incluyen crédito, ahorro, y transferencias interbancarias, además de servicios no financieros como asesoría a migrantes
La creación de la cooperativa fue el resultado de la acción y organización por parte de la población tras un desastre natural, ante la necesidad de un proceso de reconstrucción de la región. Sus miembros transformaron el desastre en crecimiento solidario, volviéndose una oportunidad para decidir, de forma participativa, un modelo de desarrollo comunitario propio a través del ahorro de las personas miembro de la cooperativa.

- ¿Qué papel tienen las religiones en la construcción de una sociedad en desarrollo?
Las religiones desempeñan un rol fundamental en lograr la cohesión social y desarrollo debido a la gran influencia que poseen en la sociedad. Aportan una identidad compartida y un sentimiento de pertenencia que permite aflorar la solidaridad y el apoyo mutuo entre sus miembros. Transmiten valores de cooperación y respeto por la dignidad humana, que son fundamentales en la construcción de una sociedad equitativa, cohesionada y desarrollada en términos humanos y sostenibles.
Muchas organizaciones religiosas alzan la voz y ejercen de altavoz de las desigualdades sociales, actuando acorde con sus principios y con un gran impacto. Son un verdadero ejemplo de lucha incansable por la justicia social, la paz, el desarrollo sostenible y el bienestar de las personas.
-De cara al Jubileo, la Iglesia católica ha hecho un llamamiento para la condonación de la deuda externa. ¿Es una opción viable, necesaria, o un ‘brindis al sol’? ¿Por qué?
La Iglesia Católica aboga por la condonación de la deuda externa de países asfixiados por ella, reconociendo que esta limita gravemente la inversión en servicios esenciales como salud y educación. Aunque la viabilidad es compleja y depende de múltiples factores, los beneficios serían significativos, al liberar recursos para necesidades urgentes, especialmente considerando que parte de esa deuda tiene orígenes y condiciones cuestionables.
El pronunciamiento de la Iglesia, aunque pueda parecer simbólico, es importante porque responde a una demanda de la sociedad civil y contribuye a visibilizar problemas graves. Tomando datos que aporta la Coordinadora de ONGD de España, se calcula que en el mundo hay 5 billones de dólares en “guaridas fiscales”, sin pagar impuestos, a la vez que son necesarios 4 billones de dólares anuales para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2023 a escala mundial. Sabemos que hay millones de personas sin acceso a servicios básicos como la educación, sanidad, saneamiento. El 44% de la población mundial vive con menos de 6.85 dólares al día. Por no hablar de las necesidades humanitarias en lugares en conflicto. El posicionamiento de la Iglesia Católica otorga visibilidad a los problemas, que desafortunadamente, muchas veces pasan desapercibidos.

-Oikocredit lleva 50 años trabajando por el impacto social. ¿Cuál es el trabajo que realizáis desde España y, más concretamente, desde Andalucía?
Oikocredit es una cooperativa de finanzas éticas cuyos fondos se destinan a países con bajos ingresos en África, Asia, América Central, América del Sur y el Caribe. Financia proyectos en energía renovable, cooperativas agrícolas y e inclusión financiera gracias a los fondos aportados por las instituciones e individuos que quieren contribuir al desarrollo de personas con bajos ingresos en países del Sur Global. La labor de Oikocredit llega allá donde otras instituciones no lo hacen, siendo un 87% de las receptoras de préstamos mujeres y más de un 60%, personas que viven en un entorno rural. Este año Oikocredit celebra 50 años desde su fundación.
Las organizaciones socias de la cooperativa han alcanzado a 53 millones de clientes y a más de 4 millones micro, pequeñas y medianas empresas. Asimismo, se ha llegado a casi 3 millones de agricultores y se ha proporcionado acceso a energía limpia a 170.000 personas.
Desde España, las asociaciones de apoyo a Oikocredit como Andalucía, Euskadi y Catalunya, somos un altavoz de la visión, la misión y el impacto de la cooperativa. Trabajamos para que la ciudadanía conozca las finanzas éticas y solidarias como una alternativa real a las finanzas tradicionales, que no necesariamente contribuyen a los valores y la realidad de la sociedad que queremos. Lo hacemos, principalmente, a través de los enfoques de conocimiento o educación para la transformación global y de la incidencia en materias como las finanzas éticas y solidarias, la inclusión financiera, el comercio justo o, más recientemente, la acción por el clima.
También formamos parte de redes locales de la economía social y solidaria, a través de la que generamos sinergias y articulamos esfuerzos comunes.
- Háblanos un poco de la importancia de las inversiones ética. ¿Es rentable invertir en las comunidades?
Las inversiones éticas, solidarias o de impacto son fundamentales en el contexto social global actual, ya que evitan financiar sectores como la industria armamentística, los combustibles fósiles o proyectos sin conciencia social o ambiental. En su lugar, apoyan iniciativas como cooperativas, agricultura sostenible, energías renovables, educación o vivienda asequible.
A propósito de la IV Cumbre de Financiación para el que comienza hoy en Sevilla, este es el tipo de rentabilidad que se debe poner sobre la mesa. Porque, recordemos, hay mucho en juego
Estas finanzas ponen a las personas y al planeta en el centro, usando el dinero como herramienta para el bienestar, no como un fin. Por eso, excluyen sectores que no se alinean con estos valores.
Respecto a su rentabilidad, es clave reflexionar sobre qué entendemos por “rentable”: si solo hablamos de beneficios económicos o también de impacto social y ambiental. Aunque tal vez no generen tanto rendimiento como otras inversiones tradicionales, muchas inversiones éticas sí son económicamente viables y necesarias para sostener su impacto.
En cualquier caso, me gustaría insistir en el concepto de rentabilidad social. En los beneficios que la inversión genera para la comunidad, el medio ambiente, o las personas. A propósito de la IV Cumbre de Financiación para el que comienza hoy en Sevilla, este es el tipo de rentabilidad que se debe poner sobre la mesa. Porque, recordemos, hay mucho en juego.
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