Un arzobispo con cierta animadversión por los extranjeros.

Nada más llegar Francisco Javier Martínez a Granada aprobó una medida para evitar que en Granada los extranjeros se metieran a novicios en las casas de las órdenes y congregaciones religiosas presentes en el arzobispado.

Hoy que se habla de la alta presencia de extranjeras en la vida religiosa de Andalucía me hizo recordar el escándalo y la normativa que tiene aprobada el pobre tonto del Pululu.

Pues si, más vale recordarlo. Y ojalá se lleven pronto al Pululu, si es preciso a un destierro. Como arzobispo solo se ha buscado enemigos, y en su diócesis pocos meapilas lo defienden, y es que es difícil. Lo malo es como lo lleven a otra diócesis y nada más llegar deshaga la diócesis para rehacerla a su manera.
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