La caída de los revisionistas.

Resulta curioso ver cuantos gobiernos han caído o se han derrumbado. En la historia de España tenemos un caso muy destacado como fue la II República, con una clase política tanto de la izquierda y la derecha que hacían y deshacían todo lo que otros hacían. Recientemente hemos visto la caída de Maragall en Cataluña. Revisó el estatuto y sacó a la luz unos problemas que eran ajenos a muchos catalanes.

En Polonia hemos visto como dos hermanos realmente malvados y rencorosos, se han dedicado a perseguir a todo el mundo con un pasado comunista o cuya vida no fuera lo ejemplar que ellos querían. Así ellos solos se volvieron contra la Iglesia, acabaron con un arzobispo, crearon crispación en su tierra, y no contentos con tantas y tantas polémicas buscaron sembrar discordia en la Unión Europea. Por ser malvados lo fueron hasta para oponerse a declaraciones de la unión europea contra la pena de muerte.

Lo mismo le puede ocurrir a Zapatero si sigue con ese disparate de ley de memoria histórica. No es bueno para un gobierno crear discordias y liquidar el espíritu de aquellos días en que los políticos se pusieron de acuerdo para desmontar el régimen. Malo me parece revisar los acuerdos Iglesia Estado si eso trae nuevas confrontaciones y nuevos frentes. Nuestro gobierno en mi opinión debería evitar crear problemas como está haciendo y limitarse a resolver los actualmente existentes.

Pero existe un fenómeno curioso. Zapatero debería en tres años y pico de legislatura estar perdiendo en las encuestas. Sin embargo ocurre justo lo contrario. Es curioso que en esta España que muchos deseamos cambio de gobierno, al final veamos que la oposición del Partido Popular no ofrece buenas garantías de tener un gobierno tranquilo. Rajoy se ha convertido en un Zapatero en la oposición, Acebes en Jesús Caldera y Zaplana en Pepiño Blanco. Lo ideal sería que la oposición transmitiera justo esa tranquilidad y razón que muchas veces le falta al gobierno, pero si los votantes vemos que la oposición no nos inspira esa tranquilidad que tanto anhelamos sino crispación, difícilmente nos decantaremos por la oposición.

Anunció que pienso votar a Rosa Diez buscando esa tranquilidad política que tanto nos falta hoy en día. Y si no se consigue, ojalá un cuarto partido nacional consiga paralizar ciertos desmanes y obligar a consensuar tantas políticas que nacen con un consenso tan ajustado.
Volver arriba